El Consejo Presidencial de Transición de Haití tomó posesión este jueves, en una ceremonia que ha supuesto el fin de la etapa en el poder de Ariel Henry.
Esto marca el inicio de una nueva era política que debiese concluir con la celebración de elecciones en 2026, una década después de las últimas.
Henry ascendió en 2021 tras el asesinato del entonces presidente, Jovenel Moise, pero ante una nueva escalada de la violencia que le impidió incluso volver a Haití después de un viaje en marzo, aceptó dimitir y ser sustituido por un órgano de siete miembros y dos observadoras.
Este nuevo Consejo Presidencial está llamado a cubrir temporalmente el vacío político, para lo cual contará con un nuevo primer ministro; Michel Patrick Boisvert.
Este último, ejercerá dicho rol de manera interina hasta la nominación de un Gobierno, informaron las autoridades en redes sociales.
Por su parte, Henry formalizó la dimisión de su gabinete en una carta en la que quiso reconocer la labor de quienes le han “acompañado” en “tiempos difíciles”. “Agradezco a todos aquellos que han tenido el coraje de afrontar conmigo estos desafíos”, dijo.
Haití en estado de crisis constante
Asimismo, el ex mandatario reconoció “las pérdidas y los sufrimientos” sufridos por la población haitiana durante estos últimos años, marcados por crisis constantes en el aspecto político, social y económico.
El primer trimestre de 2024 ha sido el más sangriento en el país desde 2022, cuando inició la peor ola de delincuencia y criminalidad en los últimos años.
En total, se registraron 2.500 casos de muertes violentas o heridas graves causadas por bandas criminales, lo que supone un 53% más en relación con el que hasta ahora era el trimestre más violento, que fue el inmediatamente anterior (octubre-diciembre de 2023), según cifras de la ONU.
Junto con esto, se estima que 5,5 millones de haitianos tienen necesidades humanitarias, aproximadamente la mitad de la población.