Ecuador se encuentra sumido en una crisis de seguridad sin precedentes, marcada por una escalada de violencia que ha llevado al presidente recién electo, Daniel Noboa, a enfrentar uno de los mayores desafíos de su mandato.
La raíz de esta crisis se vincula principalmente con la presencia del narcotráfico en el país, lo que ha desencadenado medidas drásticas por parte del gobierno para frenar la amenaza.
La presencia de bandas del crimen organizado en Ecuador ha contribuido significativamente a la escalada de violencia, la que de momento ha dejado 19 muertos, según lo consigna France24.
Según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO), se estima que el país podría haber cerrado el 2023 con más de 7.000 homicidios, posicionándose entre los tres países más violentos de América Latina.
El aumento exponencial en los homicidios, según informes de la Policía Nacional del Ecuador, refleja una preocupante cifra de 25.32 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2022.
Se trata de la cifra más alta de su historia.
Las bandas más destacadas, como Los Choneros, los Lobos, los Tiguerones y los Chone Killers, han intensificado su violencia en enfrentamientos entre ellas, exacerbando la situación.
Estas bandas, especialmente las denominadas como Nueva Generación, mantienen vínculos con carteles de drogas internacionales como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de México y el Cartel de Sinaloa (CS), lo que complica aún más la situación.
Ecuador se ha convertido en una pieza clave en la ruta del tráfico internacional de drogas, con aproximadamente un tercio de la cocaína colombiana pasando por el país antes de dirigirse a Norteamérica y Europa, según el Departamento de Estado de EEUU en 2019.
Escenario actual de la violencia en Ecuador
El narcotráfico en Ecuador se entrelaza con diversos sectores, incluido el Estado, donde se sospecha que algunos miembros facilitan las operaciones del narco.
Incluso las cárceles no escapan al control de estas bandas, convirtiéndose en “el epicentro del crimen”, según Daniel Pontón, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del Instituto de Altos Estudios Nacionales.
El asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto de 2023 y otros atentados contra políticos destacan la gravedad de la situación. A esto se suma la militarización de la agenda pública electoral, lo que refleja la preocupación por la seguridad.
A raíz de esto es que el presidente Daniel Noboa, elegido en noviembre de 2023, ha enfrentado la crisis con medidas enfocadas en la economía y, sobre todo, en la seguridad. Recordemos que Noboa fue quien decretó la semana pasada un Estado de Excepción en todo Ecuador ante la crisis carcelaria que se vive en el país.
Además se trata de un hombre que ha levantado propuestas como la creación de cárceles flotantes en el mar, lo que evidencian su determinación en abordar el problema carcelario y de seguridad en el país.
Aunque se distancia de enfoques más radicales, se espera que tome acciones decididas para controlar la creciente violencia.
Punto de Quiebre en la actualidad: la fuga de Fito
Todo comenzó con la fuga del líder de Los Choneros, “Fito”, el 7 de enero, desencadenó disturbios en varias cárceles, llevando al presidente Noboa a declarar el estado de excepción. Otros eventos, como la fuga de un dirigente de “Los Lobos” y el ataque narcoterrorista a un canal de televisión en vivo, han sumido al país en una espiral de caos.
Nacido en noviembre de 1979 en la ciudad ecuatoriana de Manta (Manabí) y conocido como alias “Fito”, Macías Villamar lidera una de las bandas más temidas de Ecuador.
Se trata de un grupo que disputa, de manera sangrienta, las rutas para el tráfico de drogas con otras organizaciones delictivas.
Las autoridades ecuatorianas creen que “Los Choneros”, organización surgida en la provincia de costera de Manabí, donde nació el cabecilla, tiene fuertes vínculos con el Cartel de Sinaloa.
Pero esta no es la primera vez que se fuga.
“Fito” fue sentenciado en 2011 a 34 meses de prisión por los delitos de delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato. Y en febrero del 2013, cuando apenas cumplía dos años de sentencia, el cabecilla y otros presos de alta peligrosidad fugaron de la cárcel de máxima seguridad La Roca, en Guayaquil.
Lo hicieron navegando en un bote a través del río Daule, que está cerca de la prisión. Sin embargo, fue capturado tres meses después.
Crisis de seguridad en Ecuador, ¿pero y en Chile?
A raíz de esta crisis es que en la opinión pública se originó el cuestionamiento de ¿realmente Chile está cercano a vivir una crisis de tal magnitud?.
Lo anterior, sustentado en el aumento de la violencia, de los delitos que involucran asesinatos y de la presencia de bandas criminales transnacionales en Chile, como lo es el Tren de Aragua en el norte de nuestro país.
A raíz de esta duda es que BioBioChile se comunicó con Lorena Oyarzún, Directora de la Escuela de Pregrado de la Facultad de Gobierno y experta en Relaciones Internacionales, quien explicó que “son situaciones distintas”.
“Si bien tenemos algunos desafíos en tema de seguridad, no es el mismo nivel de violencia. Pese a esto sí se puede llegar a esto en Chile y ese es el gran desafío que tenemos por delante como sociedad”, dijo.
Y continuó diciendo que “se deben abordar las temáticas de seguridad que hasta ahora han sido vistas desde una perspectiva muy polarizante y muchas veces no está enfocado en el bien común. Tenemos un desafío en el norte de Chile, donde los índices de criminalidad han subido un porcentaje muy relevante”.
Pese a esto volvió a hacer énfasis en que “no estamos en el mismo nivel” pero si no se toman acciones concretas ahora en contra de la delincuencia organizada, “por supuesto que sí se puede llegar”.
Por otra parte y en conversación con el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile y doctor en Estudios Latinoamericanos, Gilberto Aranda Bustamante, aseveró que “nadie tiene un escalpelo como un cirujano y puede hacer una tal disección para decir si estamos a un par de pasos de convertirnos en Ecuador”.
“Evidentemente la magnitud de la crisis es distinta. Yo creo que el grado de descontrol y de fortaleza que ha adquirido el narco, los cárteles de narcotráfico, evidentemente es mayor que en Chile. No puedo decir que son completamente equivalentes. No lo son completamente equivalentes”, dijo.
Y continuó diciendo que “al mismo tiempo, sí hay una premisa que así como Ecuador en un momento, Chile también se ha ido convirtiendo de un lugar de tránsito a un lugar de acopio para las drogas”.
Y según el experto, es ahí donde surge el principal problema.
Por lo tanto “si ante este problema no hay una respuesta oportuna, no hay una reacción, algún día que no va a ser hoy ni mañana, una crisis de tal magnitud podría suceder en nuestro país”.