El SNAI señaló en un comunicado que entre el personal retenido hay 158 guardias carcelarios y 20 funcionarios administrativos en las cárceles las ciudades de las sureñas Machala, Loja, Cuenca y Azogues, las céntricas Latacunga y Ambato y la norteña Esmeraldas.
Durante la madrugada de este jueves se unieron a la serie de motines las cárceles de Machala y Esmeraldas, lo que aumentó a siete las prisiones en esta situación respecto al miércoles, cuando el SNAI había informado de 139 retenidos, entre ellos 125 guardias y 14 funcionarios administrativos.
En la cárcel de Esmeraldas, situada en la homónima provincia fronteriza con Colombia, un grupo de presos llegó a disparar desde el interior de la prisión contra personal de las Fuerzas Armadas que se encontraban en el exterior, quienes reaccionaron para controlar la situación, relató el SNAI.
También hubo incidentes en la cárcel de la tropical ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde tres presos lograron fugarse.
De la cárcel de Riobamba, en la céntrica provincia de Chimborazo, se fugaron el martes 32 presos, entre ellos Fabricio Colón Pico, cabecilla de la banda criminal ‘Los Lobos’ que había sido detenido días atrás y señalado por la fiscal general, Diana Salazar, de presuntamente planear un atentado contra ella.
Antes que Colón Pico, también se fugó -aparentemente el fin de semana- José Adolfo Macías ‘Fito’, el líder de la banda criminal de ‘Los Choneros’, que salió de la Cárcel Regional de Guayaquil de manera aún desconocida antes de que las autoridades lo fueran a trasladar a una cárcel de máxima seguridad.
En la cárcel de Latacunga se podía ver el miércoles a los presos encaramados en los techos del recinto carcelario con pancartas que reclamaban paz, al igual que sus familiares también hacían en los exteriores de la prisión, situada en la provincia de Cotopaxi, unos 70 kilómetros al sur de Quito.
Esta serie de motines son parte de la escalada de violencia protagonizada esta semana por las bandas del crimen organizado en Ecuador, que también incluyeron secuestros y atentados contra policías, vehículos incendiados, explosiones y hasta el asalto armado a un canal de televisión en la ciudad de Guayaquil.
Los hechos se suscitan cuando el Gobierno del presidente Daniel Noboa se disponía a poner en marcha su plan para recuperar el control de las cárceles ecuatorianas, muchas de ellas dominadas internamente por estos grupos delincuenciales, cuyas rivalidades han dejado más de 450 presos asesinados desde 2020 en una serie de masacres carcelarias.
Esa violencia también se ha trasladado a las calles hasta hacer de Ecuador uno de los países más violentos del mundo con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes en 2023, y tras los episodios de esta semana el Gobierno ha declarado el “conflicto armado interno” y ha clasificado a estas bandas como grupos terroristas y objetivos militares.