Este domingo, ciudadanos a lo largo de todo Chile y también en el extranjero votarán en nuevo plebiscito, para votar “A Favor” o “En Contra” de la propuesta de Constitución redactada por la derecha.
Recordemos que la Constitución es la norma fundamental del ordenamiento jurídico.
En ella, se determinan las bases de la institucionalidad y los derechos y garantías de las personas y los cuerpos intermedios.
Se puede decir que -nuevamente- todos los ojos del mundo están atentos al proceso constitucional, y la prensa extranjera no es la excepción.
“Los chilenos comenzaron a votar este domingo en un plebiscito si mantienen la criticada Constitución vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet o escogen un nuevo texto aún más conservador”, escribió el medio argentino Clarín.
“El texto disminuye el peso del Estado, podría limitar algunos derechos, como el aborto terapéutico, y endurece el trato a los migrantes”, agregan.
“Todo, ante un bajísimo interés de la población”, sentencian.
Por otra parte, el medio internacional El País remarcó que “en esta ocasión, la propuesta nace de un Consejo Constitucional con mayoría de derechas y, sobre todo, de la derecha conservadora del Partido Republicano, que se quedó con 23 puestos del órgano”.
“De ganar la opción en contra, sigue vigente la Constitución actual y, en el corto y mediano plazo, no habrían nuevos intentos. De triunfar la alternativa a favor, el presidente Boric debe promulgar un decreto para la promulgación de una nueva carta que su sector político considera que radicaliza el proyecto neoliberal”, agregan.
“Chile: La Constitución de la apatía”
Por otra parte, desde Argentina nuestro medio asociado Perfil plasma por medio de una columna de opinión que este proceso se trata en realidad de “La Constitución de la apatía”.
“Si hay algo que los chilenos probablemente sepan es que esta noche termina el proceso constituyente”, parte el relato.
“Independientemente del resultado del plebiscito de salida es altamente posible que no haya más instancias para pensar una nueva carta magna, por lo menos a través de una convención constituyente”, agregan.
“Parece increíble que después del estallido social de octubre y noviembre 2019, en el que una gran parte de la ciudadanía reclamó un cambio radical, hoy la nación trasandina esté en esta encrucijada”, prosiguen.
Y continúan: “Pero además, en pocos años, Chile pasó de canalizar el descontento ciudadano a base de movilizaciones masivas de carácter virulento, a una profunda apatía con el proceso constituyente. Si en 2019 la demanda principal era redactar una nueva constitución política, hoy ese ya no es un tema de interés a pesar de que sigue siendo una deuda social”.
“¿Cómo llegó Chile a esta situación? ¿Cómo pasó de reunir más de un millón de personas en las principales arterias de su capital en octubre de 2019 a la apatía más absoluta acerca del devenir de su carta magna?2, se preguntan.
“Más allá de sus diferencias de opinión e independientemente que ambos responsabilizan a diferentes grupos por el fracaso del proceso constituyente, los expertos se refieren a este nuevo plebiscito con palabras similares: Apatía, descontento, indiferencia”, sentencian.