Previamente, poco después de llegar al país anfitrión, los mandatarios mantuvieron sendos encuentros con líderes de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), impulsores de la reunión, tras varias semanas de tensión entre las naciones en conflicto.
Ambas reuniones transcurrieron a puerta cerrada, con un breve espacio de tiempo para que la prensa captase unos segundos del encuentro, tras lo cual comenzaron las conversaciones, de las que se desconocen detalles, por ahora.
La controversia escaló luego de que Venezuela aprobara el 3 de diciembre en un referendo unilateral anexionarse la zona disputada, bajo control de Georgetown, y el Gobierno de Maduro ordenara el asentamiento de una división militar cerca del área en litigio, sin incursiones de momento, así como la modificación del mapa oficial de Venezuela, al que se anexó la Guayana Esequiba.
Ante este panorama, la preocupación de varios países de la región fue en aumento por temor a una escalada bélica, producto de las decisiones tomadas por Venezuela tras la consulta unilateral.
Con el objetivo de frenar la tensión y evitar acciones individuales, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y la Celac, con el apoyo de la Caricom y la ONU, propusieron a las partes en conflicto la reunión, que se lleva a cabo cinco días después de la propuesta.