Las caras largas y el clima de pocos amigos fue creciendo a medida que entraba la tarde noche, cuando empezaron a llegar los primeros dirigentes de peso.
En el búnker bullrichista pensaban que habían ingresado en segundo lugar pero a medida que fueron llegando las mesas testigo, sobre todo en territorio bonaerense, esa hipótesis se cayó.
Muchos candidatos se refugiaron en el VIP del Golden Center de Parque Norte. El jefe de la campaña bullrichista, Juan Pablo Arenaza y el consultor estrella Derek Hampton, con caras de pocos amigos, ya empezaron a ser blanco de todas las críticas por haber estado al frente de la estrategia y la comunicación.
Incluso, el tamaño de la derrota generó una serie de pases de factura. Horacio Rodríguez Larreta, quien llegó temprano a Parque Norte, se mantuvo callado. Pero los larretistas recordaron en estas horas cómo Bullrich no solo fue impiadosa en sus críticas en las PASO sino que ella, junto a Mauricio Macri, fueron quienes frenaron el ingreso de Juan Schiaretti a esa primaria de JxC.
Mirando los resultados, aunque la política no es matemática, habría habido una posibilidad más certera para el frente opositor, comenta al medio Perfil uno de los candidatos que ingresó por la boleta del jefe de Gobierno.
Incluso ya empezaron las críticas, solapadas, al expresidente Mauricio Macri. La derrota de Bullrich fue un ancla para muchos intendentes. Dos de los casos más resonantes: Lanús, con Diego Kravetz, y Bahía Blanca con la senadora provincial, Nidia Moirano. En ambos casos ganó el peronismo.
De los pocos que pudieron salvarse de la oleada anti Bullrich: Tres de Febrero con Diego Valenzuela, Sebastián Abella de Campana y Santiago Passaglia de San Nicolás lograron evitar la mala performance de Bullrich en todo el territorio bonaerense.
También Guillermo Montenegro, de Mar del Plata, logró zafar del vendaval y se encuentra seis puntos arriba reteniendo el municipio.
En Entre Ríos, Rogelio Frigerio peleaba voto a voto con un margen de diez mil votos arriba estaría ganando la provincia tras más de 20 años de hegemonía peronista.