El ministro de Economía indicó que este proceso eleccionario hizo que la democracia argentina “salga más fuerte y robusta”.
“Eso nos tiene que llenar a todos los argentinos de orgullo”, sostuvo, agradeciendo a los más de ocho millones de votantes que apoyaron su candidatura.
A su vez, hizo un llamado no sólo a los votantes de Myriam Bregman y Juan Schiaretti sino que además a los radicales, con miras al balotaje.
“Voy a hacer el mayor de los esfuerzos para ganarme su confianza”, sostuvo.
“Quiero hablarle a los que votaron en blanco, a quienes se quedaron en sus casas, a los argentinos que votaron a Myriam y a Juan”, dijo.
“Quiero hablarle a esos miles de radicales que a lo largo y ancho de Argentina comparten con nosotros valores democráticos como la educación pública, la independencia de poderes y la construcción de valores institucionales que la Argentina merece”, enfatizó.
“Convocaré un gobierno de unidad nacional el 10 de diciembre, construido sobre la base de convocar a los mejores sin importar su fuerza política. Es importante tener la capacidad de abrir una nueva etapa institucional en la Argentina”, mencionó.
“Se que muchos de esos que nos votaron son los que más están sufriendo. No les voy a fallar, sepan que como presidente, desde el 10 de diciembre, no les voy a fallar”, aseveró.
Para haber logrado el sillón presidencial este domingo, Massa tendría que haber alcanzado el 45% de los votos válidamente emitidos.
Eso sí, también podría haberse impuesto en primera vuelta si hubiese obtenido el 40% de los votos válidos, siempre y cuando tuviera una diferencia de al menos 10 puntos porcentuales respecto al segundo.
Como esto no sucedió, se definirá al próximo presidente de Argentina en una segunda vuelta, instancia en la que vencerá el postulante más votado -Massa o Milei- sin la necesidad de lograr una diferencia porcentual determinada.