La jornada de protesta, bautizada como “La Toma de Lima” en la capital limeña, empezó con movilizaciones en varias regiones del país, que transcurrieron pacíficamente en su mayoría, y concluyó con una marcha por el centro histórico de Lima con la participación de organizaciones sociales, sindicatos, grupos de estudiantes, activistas y partidos de izquierda.
La Policía Nacional usó bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que llegaron hasta los exteriores del Parlamento, edificio que estaba rodeado por un cerco policial y rejas de metal para impedir su acceso.
Un grupo de manifestantes fue conducido por la Policía hacia un puente que comunica con el distrito del Rímac, mientras que otro grupo fue forzado a retroceder hacia el parque Universitario, donde estaba el cerco policial que bloqueaba el ingreso a la avenida Abancay.
Al final de esa avenida se encuentra el edificio del Parlamento, que permanecía cerrado y resguardado por la Policía Nacional con tanquetas y otras unidades móviles.
Una vez en el lugar, la televisión local mostró al presidente del Congreso, José Williams, observando desde un balcón a los manifestantes que seguían llegando a los exteriores, una situación que no se había producido en las movilizaciones de protesta de los meses previos.
Los manifestantes lanzaron objetos envueltos en llamas, piedras y botellas de agua a la Policía para intentar no ser desalojados del centro histórico, pero los agentes avanzaron protegidos con sus escudos.
Al hacer un balance de las movilizaciones en Lima y varias ciudades del país, el ministro del Interior, Vicente Romero, afirmó que “se va evidenciando que la gran mayoría (de la población) quiere trabajar, debemos de sentirnos orgullosos”.
“Es una clara muestra de que nuestro país está tomando otro rumbo, las personas quieren trabajar”, expresó el ministro, tras estimar que unas 21.000 personas se unieron a las movilizaciones en todo el país.
Romero informó de que, producto de estas movilizaciones, ha habido seis detenidos, uno de los cuales es una persona que arrojó una bomba molotov a la policía en Lima.
Esas bombas no son para iluminar, “es para atacar, para matar a la policía, pero la policía reaccionó bien y esto no ha pasado”, indicó la autoridad.
También mencionó que manifestantes intentaron incendiar el local de la Prefectura en la surandina ciudad de Huancavelica, pero que la policía logró controlar el fuego y no tuvo mayores consecuencias.
Asimismo, detalló que han habido ocho heridos producto de los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden, de los cuales la mitad de los lesionados son agentes policiales.
“Lamentamos y esperamos que no sean de gravedad y que en los próximos días estarán en buenas condiciones”, añadió.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo reportó 8 heridos en las manifestaciones y que hubo enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en varios puntos del centro de Lima y en la plaza de armas de la ciudad surandina de Huancavelica.
Las acciones colectivas de protesta se llevaron a cabo este miércoles en 64 provincias con movilizaciones y bloqueos, mientras que las marchas y concentraciones se produjeron en 59 provincias del país.