La oposición (a todo) que desde hace años ejerce la radical venezolana, María Corina Machado, empieza a darle resultados y por primera vez existe la posibilidad de derrocar el régimen liderado por Nicolás Maduro.
En un país donde la vida está marcada por la desilusión y el desaliento, los venezolanos hartos son mayoría y mucho de ellos encuentran estos días refugio en la llamada la “dama de hierro” de la oposición.
Identificada con la tendencia centro liberal y reconocida internacionalmente como una líder antichavista, Machado (55) es ingeniera industrial especializada en Finanzas.
Tiene el respaldo del partido Vente Venezuela y propone un “modelo de desarrollo inclusivo y liberal”, bajo las “premisas del libre mercado”.
Hacía años que el apellido Machado no sonaba tanto como ahora, en cabeza de todas las encuestas de las primarias que celebrarán los antichavistas en octubre.
Según lo da a conocer el diario El País, el frontal rechazo a cualquier estrategia que no incluya acabar con el chavismo toma fuerza cada día.
Es por eso que hoy Machado es la mayor amenaza para el régimen tras convertirse en la candidata que buscará quitarle el poder a Maduro en 2024.
Machado al frente de la oposición venezolana contra Maduro
En bucle en el que viven los venezolanos desde hace más de dos décadas por primera vez pareciera que puede terminar.
Catorce candidatos tratarán de imponerse en las primarias, pero de entre todos destacan dos viejos conocidos: Henrique Capriles y la radical Machado.
A cuatro meses de la cita, ella parte con una enorme ventaja en los sondeos, en los últimos incluso supera el 50% de los apoyos.
Se trata de políticos diferentes, pero que la situación en Venezuela los obliga a enfrentarse para intentar sacar a Maduro del poder. El que gane deberá unir bajo su nombre al resto de partidos.
Cabe destacar que Machado se hizo conocida por ser el azote opositor del fallecido Chávez.
Luego su nombre se diluyó entre otros protagonistas, con los que su enemistad es profunda. Fue tan crítica con el Gobierno interino de Juan Guaidó, que buscaba el fin del chavismo por la vía de la confrontación y que dio cero resultados.
Machado quería un final por la fuerza, con ayuda de EEUU, que nunca pasó siquiera de ser una ideación.
Ella, que siempre ha defendido que la participación en las elecciones legitima al Gobierno de Maduro, podría llegar ahora a las urnas.
Si sus apoyos siempre estuvieron entre las clases altas del país y el exilio, ahora sus actos resultan multitudinarios en los bastiones chavistas y lejos de Caracas.