“Nosotros no estamos de acuerdo con la invasión de Rusia a Ucrania. Pero estoy convencido de que tanto Ucrania como Rusia están esperando que alguien externo hable: ‘Vamos a sentarnos a conversar"”, señaló este jueves, el presidente de Brasil, Lula da Silva, en un encuentro con periodistas.
En ese sentido, según las declaraciones recogidas por el servicio estatal de noticias Agencia Brasil, Lula quiere “sentarse a conversar” con el presidente chino, Xi Jinping, por “la importancia económica, militar y política” del país asiático y sus relaciones con Rusia.
“Hasta mismo la divergencia de China con Estados Unidos le da a China un potencial extraordinario para conversar”, afirmó el líder progresista, que viajará con una amplia comitiva el próximo martes a Pekín.
La propuesta que Lula le presentará a Xi Jinping será la de crear un grupo porque “China tiene peso, Brasil tiene peso”” y también deben participar “Indonesia e India”.
“Vamos a conversar” con los presidente Vladimir Putin, de Rusia; Volodímir Zelenski, de Ucrania, y Joe Biden, de Estados Unidos e “intentar encontrar un grupo de personas que no se conforme con la guerra, porque no es necesario tener guerra”, declaró Lula.
El viaje de Lula fue suspendido a finales de marzo por quebrantos de salud del mandatario, quien después del alta médica por una pulmonía volvió a programar la visita.
Sin Lula, la misión brasileña, encabezada por varios ministros y que reunió unos 250 empresarios, firmó una veintena de acuerdos, entre ellos el que da los primeros pasos para la adopción de las monedas locales en el comercio bilateral sin el referente del dólar.
“Quiero que los chinos comprendan que las inversiones de ellos aquí será maravillosamente bienvenidas, pero no para comprar nuestras empresas y sí para construir cosas nuevas que necesitamos. No es vender los activos que tenemos, es construir nuevos activos”, subrayó.
Desde 2009, China es el principal socio comercial de Brasil y en 2022, de acuerdo con la Apex, la corriente comercial alcanzó los 150.500 millones de dólares y un superávit para el país suramericano de 29.000 millones de dólares.