La presidenta Dina Boluarte anunció el martes que se “pasa de alerta naranja a alerta roja” en la capital peruana, enclavada en medio del desierto y donde no ha habido precipitaciones de importancia desde 1970.
Poco antes, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) también había informado que “Lima ingresa a alerta roja por lluvias intensas” y precisó que “desde la noche del 14 hasta la madrugada del 15, se registrarán lluvias de intensidad fuerte a extrema en gran parte de la región, principalmente en la cuenca media y baja”.
En Lima Metropolitana las lluvias comenzaron durante la tarde de este martes, lo que generó inundaciones y que se activaran torrenteras en distritos como Chosica, Chaclacayo y Punta Hermosa, mientras que por la noche empezó a llover, aunque de manera más ligera, en otros distritos como San Isidro, Miraflores, San Miguel y el centro histórico.
El Senamhi agregó que en el distrito de Carabayllo, en el norte capitalino, se reportaron “descargas eléctricas”, y que ciudadanos informaron sobre “la presencia de truenos asociados a las lluvias intensas”.
La “alerta roja” también comprende a Lima provincias y el Callao e implica la intervención del sistema de Defensa Civil y de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, la suspensión de las clases escolares y universitarias durante 24 horas y el trabajo remoto en organismos del Estado y la recomendación para que se haga lo mismo en las empresas privadas.
Las Fuerzas Armadas y la Policía también deberán desplegarse “para asistir a la población afectada” y el Ministerio de Salud y las autoridades regionales de salud garantizar la “continuidad de los servicios a nivel nacional”.
Acceso restringido al aeropuerto
Se ordenó, además, el acceso restringido a las instalaciones del aeropuerto internacional de Lima, a donde solo ingresarán pasajeros con tarjetas de embarque, y se tomarán “las medidas preventivas pertinentes” de seguridad en la Línea 1 del Metro.
Boluarte pidió a la ciudadanía “mantener la calma pero también la alerta” ante el posible impacto del ciclón, mientras que el primer ministro, Alberto Otárola, agregó que “las medidas que se han tomado son para salvaguardar la integridad y la vida de todos los ciudadanos”.
Las fuertes precipitaciones pluviales incrementadas por la aparición del ciclón azotan el norte de Perú desde la semana pasada, donde han dejado, al menos, 7 muertos y causado el cierre de decenas de carreteras y puertos, además de dejar cientos de casas inundadas y ríos desbordados, según datos oficiales.