En su primer tuit del año, el presidente colombiano Gustavo Petro anunció un pacto de cese al fuego por seis meses -hasta junio- con los principales grupos armados del país.
“Hemos acordado un cese bilateral con el ELN; la Segunda Marquetalia; el Estado Mayor Central; las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones”, indicó el Mandatario el 1 de Enero.
De esta forma, Petro da un ambicioso paso hacia la llamada “paz total”; esto, pese a que solo mantiene negociaciones oficiales con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En el pasado, algunas treguas han resultado fallidas por la imposibilidad de su verificación y el fortalecimiento de algunos grupos armados tras el cese del fuego.
Incluso, el expresidente Juan Manuel Santos, quien logró la paz con la guerrilla FARC, llevó a cabo los entonces diálogos en medio de las balas, con algunas excepciones.
¿Calmará Petro la oposición de los sectores más escépticos? El partido del expresidente Álvaro Uribe, el ahora opositor Centro Democrático, calificó la propuesta de “paz total” como “apología a la criminalidad y a la impunidad“.
10.000 hombres armados
¿Cómo evitará la violencia de estas organizaciones armadas, enfrentadas entre sí? Es el primer reto de este nuevo año.
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), estos grupos suman más de 10.000 hombres armados. Las agrupaciones se disputan el control del narcotráfico y de otros negocios ilegales.
El secretario general de la ONU, António Guterres, “acoge con beneplácito (…) un acontecimiento que renueva las esperanzas de paz duradera del pueblo colombiano en el nuevo año”, indica un comunicado.
La misma ONU, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia católica verificarán el cumplimiento de la tregua.