El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones del 30 de octubre, afirmó este lunes que el gigante suramericano volverá a tener en su eventual Gobierno una política externa “activa y altiva”.
“Este país es muy importante y nosotros vamos a restablecer nuestra política externa activa y altiva”, declaró Lula en un acto por la “Defensa de la Democracia y Brasil” con intelectuales en la Pontificia Universidad Católica (PUC) de Sao Paulo.
El exlíder sindical dijo que el actual presidente, Jair Bolsonaro, que busca la reelección, fue “aislado” por otros países que no quieren que el mandatario los visite y que tampoco sus gobernantes van a Brasil.
“Este país va a tener que hablar con Bolivia con el mismo tono que habla con Estados Unidos. No podemos hablar grueso con Bolivia y delgado con Estados Unidos, con miedo, tenemos que hablar igual con los dos”, aseveró Lula.
Para Lula, “Brasil no acepta ser víctima de la ‘guerra fría’ entre China y Estados Unidos”
“Queremos el respeto de China y queremos también el respeto de Estados Unidos. Y así vamos a hacer política con América Latina y la Unión Europea”, agregó Lula.
En su pronunciamiento, Lula se comprometió a retomar la cooperación con los países de África, como, recordó, lo hizo en sus dos mandatos (2003-2010), pero ahora “con más competencia”.
“Vamos a volver al continente africano, porque Brasil tiene que comprender que tenemos una deuda de 350 años de esclavitud que no vamos a pagar con dinero. Vamos a pagarlo con solidaridad y transferencia de tecnología”, manifestó Lula.
En Sao Paulo, el mayor colegio electoral del país y donde ha intensificado su campaña para reducir la diferencia que tiene a su favor Bolsonaro, Lula promueve también la candidatura de su ahijado político Fernando Haddad, que también irá al balotaje el domingo.
Haddad, con el 35,46 % de los votos válidos, perdió la primera vuelta ante el exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas (42,5 %), apadrinado por Bolsonaro.
Lula ganó la primera vuelta con un 48,4 % de los votos frente al 43,2 % de Bolsonaro, quien sorprendió con un desempeño mucho mejor que el proyectado por las encuestas, algunas de las que ahora dan empate técnico por el margen de error, con 49 % y 45 % respectivamente.