Los principales candidatos en las elecciones de Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario Jair Bolsonaro, sufragaron durante la mañana de este domingo. Mientras el primero aseguró que con el voto desea que los brasileños puedan recuperar el “derecho a ser feliz”, el segundo insistió en que arrasará en la jornada y que ganará los comicios en la primera vuelta.
Bolsonaro acudió a votar en un colegio electoral en la Villa Militar de Río de Janeiro, vestido con una camiseta deportiva amarilla con el cuello verde y la bandera nacional estampada en el pecho, y aparentemente, llevando un chaleco antibalas debajo.
“Estamos tranquilos (…) en primera vuelta, se deciden hoy las elecciones”, dijo Bolsonaro en breves declaraciones a los periodistas al salir del colegio electoral.
En tanto, Lula da Silva, el gran favorito en las encuestas, votó este domingo en Sao Bernardo do Campo, ciudad en la región metropolitana de Sao Paulo donde inició su carrera política, y manifestó que el país necesita “recuperar el derecho de ser feliz”.
“Queremos un país que viva en paz, con esperanza y que crea en el futuro”, declaró Lula a periodistas después de votar en una escuela pública de esa localidad, a la que llegó trece minutos después de que abrieran los colegios electorales en el país.
Las últimas encuestas de intención de voto, divulgadas el sábado, sitúan a Bolsonaro a catorce puntos de distancia del candidato favorito, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien podría ganar en primera vuelta.
Lula dijo que son las elecciones “más importantes” para él, quien gobernó durante dos mandatos, entre 2003 y 2010, después de haber perdido las elecciones en 1989, 1994 y 1998.
“En 2018 no pude votar porque estaba preso, víctima de una mentira, y cuatro años después estoy votando con reconocimiento de mi total libertad y la posibilidad de volver a ser presidente de este país y que vuelva a la normalidad”, agregó Lula, quien permaneció en la cárcel durante 580 días por dos condenas de corrupción, posteriormente anuladas por el Tribunal Supremo.
En su declaración a periodistas, Lula criticó la gestión durante la pandemia del actual mandatario, Jair Bolsonaro, que busca la reelección.
Lula voto acompañado de su esposa, Rosângela da Silva, conocida como “Janja”, y de algunos miembros del progresista Partido de los Trabajadores (PT).
Jornada tensa y polarizada
En caso de que ninguno de los candidatos alcance más de la mitad de los votos válidos, los dos más votados tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta prevista para el 30 de octubre.
En esta jornada, que se inició a las 08:00 hora local (misma hora en Chile) y cerrará a las 17:00, están convocados unos 156,4 millones de votantes para elegir al presidente, a los 27 gobernadores, a los 513 diputados, a un tercio del Senado y renovar a los representantes en las asambleas legislativas regionales.
Las elecciones de este año, las más polarizadas desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de crispación entre Lula y Bolsonaro, una disputa que se extendió a sus seguidores, con algunos casos de ataques y muertes motivadas por discusiones políticas.