Según informaciones de la cadena de televisión británica BBC, las familias de Aiden Aslin y Shaun Pinner recalcaron la importancia de obtener ayuda para que ambos tengan acceso a atención médica y asistencia legal después de ser condenados por participar en la guerra en favor del bando ucraniano.
Su petición tiene lugar después de que los gobiernos de Reino Unido, Ucrania y la ONU aseguraran que la condena supone una violación de la Convención de Ginebra.
La ministra de Exteriores británica, Liz Truss, quien tiene previsto abordar el asunto con su homólogo ucraniano a lo largo del día, insistió en que se trata de “prisioneros de guerra” y destacó que el juicio “carece de legitimidad alguna”.
Los dos hombres, de 28 y 48 años, estaban viviendo en Ucrania cuando estalló la guerra y fueron detenidos en abril por las fuerzas rusas mientras defendían la ciudad de Mariúpol.
Ambos llevaban viviendo en el país desde 2018 y Aslin cuenta con la doble nacionalidad, mientras que Pinner se había casado con una mujer ucraniana. Los británicos y el ciudadano marroquí, Saudun Brahim, han sido acusados de ser mercenarios.
Según el parlamentario británico para North Bedfort, Richard Fuller, la madre y el padrastro de Pinner se manifestaron “muy, muy ansiosos” por la condena.
Ante la BBC, explicó que la prioridad de los padres es que ambos cautivos británicos tengan acceso a los servicios de la Cruz Roja y a un servicio legal independiente. “Esto es un asunto humanitario, es sobre los derechos de los individuos bajo la ley internacional”, defendió.
Según el medio público británico, ambos hombres tenían formación militar.
Aslin luchó con las fuerzas kurdas en Siria contra el Estado Islámico, antes de comprometerse con una mujer ucraniana y asentarse en ese país y tramitar una doble nacionalidad con ese país. Su familia afirma que forma parte de la trigésimo sexta Brigada de Marines icraniana.
Su familia también expresó que “amamos a Aiden de todo corazón. Él y Shaun, como miembros de las fuerzas armadas ucranianas, deberían ser tratados con respeto como cualquier otro prisionero de guerra. No son, y nunca serán, mercenarios”, según lo recogió Metro.
Pinner, en tanto, sirvió en el ejército británico antes de mudarse a Ucrania por su esposa, firmando un contrato de tres años con las fuerzas armadas de dicho país. El acuerdo debía expirar a fines de este año, afirmó su familia, agregando que el hombre tenía planificado asumir empleos humanitarios.
Un amigo suyo, el coronel Richard Kemp, expresó que “esto es una desgracia y lo condeno totalmente. Shaun es un soldado y debería ser tratado como tal. Esta decisión es un crimen de guerra y contraviene la Convención de Ginevra sobre el trato a prisioneros de guerra”.
Este mismo viernes, el gobernador de la región de Lugansk, Serhiy Haidai, señaló que los ciudadanos británicos “contaban como militares ucranianos” para el Ejército de Kiev.
“Todos aquellos que vengan a Ucrania a luchar del lado de Kiev firman documentos de las Fuerzas Armadas, por lo que reciben un estatus oficial”, aseveró en declaraciones a la BBC.
Así, explicó que esto implica que “los dos estaban protegidos por la Convención de Ginebra y no pueden ser condenados a muerte, incluso aunque no sean ciudadanos ucranianos”.
“Por lo que sé, los abogados ya han apelado el veredicto y creo que lo que está pasando es más una maniobra de presión política por parte de Rusia que otra cosa”, ha afirmado.