Los colombianos optaron por romper con los partidos de la política tradicional. Pero ¿recibirán el cambio por el que votaron el 29 de mayo y que refrendarán el domingo 19 de junio?
En Colombia el cambio pasó de ser un eslogan de los candidatos a la presidencia a convertirse en un imperativo de los electores: más de un 75% de los colombianos votaron por un cambio.
Solo que ahora los 39 millones de colombianos habilitados para votar tendrán que elegir el “cambio” socioeconómico que ofrece Gustavo Petro, de cuño socialdemócrata, o el “cambio” anticorrupción que promete Rodolfo Hernández.
Mientras Petro se propone una “transformación de Colombia para acabar con la injusticia social”, Hernández ha centrado su campaña en “sacar a los corruptos del poder”.
Por lo primero, “Colombia amaneció conmocionada con el sorpresivo paso de Hernández a segunda vuelta”, dice a Deutsche Welle el senador electo Ariel Ávila, del Centro Esperanza. Un triunfo que parece haber tomado a todos por sorpresa: “Petro, confiando en una victoria más fácil, seguro que rogaba porque el contendor en segunda vuelta fuera el candidato de la derecha Federico ‘Fico’ Gutiérrez, y no Hernández”, agrega el analista.
Ninguno de los dos candidatos tiene asegurada la victoria
Pero ni Gustavo Petro ni Rodolfo Hernández tienen asegurada la victoria el 19 de junio, continúa Ávila: “Así como el apoyo de Álvaro Uribe se convirtió en veneno para Fico, así mismo puede serlo la expresada adhesión de Fico Gutierrez a Rodolfo Hernández, quien precisamente ha dicho aborrecer a la corrupta clase política que ha gobernado a Colombia en los últimos 200 años”.
Así, “queda por determinar qué tanto afectará -o favorecerá- a Rodolfo Hernández el respaldo de un político como Fico Gutiérrez, cuya candidatura estaba siendo sostenida por 45 de los 54 clanes políticos corruptos que se han robado al país”, dice el politólogo, que puso bajo la lupa a las candidaturas para esclarecer por quiénes son respaldadas.
El dilema de Rodolfo Hernández
El candidado Hernández, que se dice “independiente” se encuentra ahora “en un verdadero dilema”, sostiene en entrevista con DW Stefan Peters, profesor de la Universidad de Giessen, en Alemania.
“Hay cambios que no son cambios, son suicidios”, dijo por su parte Gustavo Petro en su alocución en la sala principal de un céntrico hotel de Bogotá, tras el paso a segunda vuelta, refiriéndose al cambio del que habla su contrincante Hernández. Éste, sorprendido por su paso a segunda vuelta, leyó su discurso desde la cocina de su casa.
Lo cierto es que los comicios de este 29 de mayo dejaron una nueva realidad, apunta Ávila: “Entre Rodolfo Hernández (28,15%) y Federico Gutiérrez (23,91%) suman el 52,06% de la votación, mientras Petro quedó con el 40,32%, a los que se podrían sumar algunos votos del Centro Esperanza de Sergio Fajardo, que solo obtuvo el 4,20% de los votos”.
“Hernández parte ahora con un leve favoritismo, mientras Petro tendrá que conquistar a más electores”, destaca Peters, quien precisa que “ahora Petro es el candidato que despierta menos incertidumbre, toda vez que su figura y carrera son bien conocidas en Colombia, además de ser el candidato con un programa de gobierno”.
“En paralelo, Hernández, otrora alcalde de Bucaramanga, no participa en debates públicos ni ha presentado programa de gobierno”, destaca.
A pesar de la virtual ventaja de Hernández, en caso de que los electores de la derecha y ultraderecha opten por éste, “la incertidumbre que genera es inmensa: por su personalidad, por los vacíos en su programa, por los apoyos y adhesiones que reciba”, es la convicción de Ariel Ávila.
El debate público es “necesario”
Según el investigador Peters, “se puede juzgar a Gustavo Petro positiva o negativamente, pero ciertamente es un líder que da la cara a los debates políticos, cosa que no hace Hernández, así sea eso parte de su estrategia”.
¿Qué tanto del Acuerdo de Paz puede haber con el uno o el otro? “No participar en debates públicos cruciales es problemático para un proceso de paz”, opina Stefan Peters, director del Instituto Colombo-Alemán para la Paz (CAPAZ), “porque una sociedad necesita el debate democrático para poder intercambiar diferentes posturas y argumentos, ya que que en una democracia se consigue el apoyo obteniendo mayorías”.
Si bien Hernández ha dicho que continuará implementando el acuerdo, aunque no ha expuesto un plan, bajo un eventual gobierno de Petro con la líder social Francia Márquez como vicepresidenta, soplarán otros vientos en el Palacio de Nariño.
El dilema de Gustavo Petro
En lo económico, mientras Rodolfo Hernández mantendría el statu quo en el área de la energía, para Gustavo Petro la transición energética de Colombia es un punto central de su programa. Sin embargo, ¿es aconsejable abandonar la extracción de materias primas en medio de la actual crisis energética cuando, frente a las urgencias del cambio climático, Occidente demanda más petróleo y carbón?
“La guerra de agresión rusa contra Ucrania muestra lo fuertemente dependiente que es Europa, y Alemania en particular, de Rusia, y que ahora debe haber alternativas rápidamente”, señala el profesor Peters.
“Desgraciadamente”, prosigue, “a menudo tenemos malas alternativas, porque sabemos que el carbón en Colombia tiene grandes problemas y es criticado -con razón- por los problemas sociales, de derechos humanos y ecológicos que causa su extracción”.
Colombia, según Stefan Peters, estaría ante el dilema de “seguir explotando sus recursos a sabiendas de que el extractivismo no tiene futuro”. Aunque también es cierto, aclara, que “si Gustavo Petro quiere ejecutar las amplias reformas sociales que se propone, tendrá que financiarlas de alguna parte”.
Al final, la economía será la clave, en un eventual gobierno del economista Petro.
Migración: hay que “despolitizar las fronteras”
Por último, Rosario Ramírez, profesora emérita del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, hace hincapié en entrevista con DW en la política migratoria.
Gane quien gane la presidencia, subraya, el próximo gobierno de Colombia debe “despolitizar la frontera con Venezuela”.
Ramírez es miembro de Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela, una iniciativa que reúne a académicos y empresarios de ambos países, que le propondrá a ambos candidatos, personalmente, “reabrir los consulados de parte y parte para atender a la población y acabar con el estado de desprotección de colombianos, venezolanos y colombo-venezolanos”.
Defienden que “la reapertura de los consulados no significa reconocer a un régimen”. Y si las dificultades para este cometido son mayores, propone “la mediación de un tercer país”.