Apenas dos días después de su designación por el presidente Pedro Castillo, el nuevo jefe de gobierno, Héctor Valer Pinto ya enfrenta severas críticas.
Este abogado de 62 años que viene de la centro izquierda, llegó al Congreso por un partido de ultraderecha, formación de la que se distanció finalmente para apoyar a Castillo. Tras el nombramiento, la prensa peruana reveló que Héctor Valer fue denunciado en 2016 por agresión física contra su esposa y su hija. “No soy un maltratador” respondió Valer, quien admite, sin embargo, haber tenido problemas con su hija, pero niega haberla golpeado.
El diario peruano El Comercio dijo que la esposa y la hija denunciaron que “fueron agredidas por Valer en el interior de su domicilio”, el 21 de octubre de 2016. En una comisaría de Lima, la hija declaró ese día que su padre “le propinó bofetadas, puñetes, patadas […] y jalones de los cabellos”.
Una jueza ordenó en febrero de 2017 “medidas de protección” para la esposa porque había “indicadores de maltrato corporal”, pero no para la hija, según el diario. Versiones similares publicaron otros periódicos peruanos.
En los próximos días, el nuevo gabinete se someterá al voto de confianza del congreso. Hay incertidumbres aún sobre la capacidad del nuevo gabinete para reunir los votos necesarios de los diputados.
Este gabinete es el tercero que presenta el presidente peruano. Castillo tuvo que reorganizar esta semana su gobierno tras la sorpresiva dimisión de la jefa de gabinete, Mirtha Vásquez, por desacuerdos sobre ascensos en la policía.
El mandatario mantuvo a 8 ministros y cambio a 11 incluidos los pesos pesados del ejecutivo: dejaron su cargo el ministro de Interior, el ministro de Finanzas y la primera ministra de izquierda Mirtha Vásquez que cedió el cargo Héctor Valer Pinto.
En paralelo, un partido de ultraderecha anunció que promoverá una moción de destitución contra el mandatario, la segunda en sus 6 meses a la cabeza de un país que sufre de una inestabilidad política crónica.