La imagen fue captada en una de las salas del Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew, donde se encuentra detenido el reo. La justicia de Chubut la investiga por "conductas inadecuadas".
La ciudad argentina de Trelew fue escenario de una historia tan controversial como grave luego de que se conociera una filmación donde una jueza besa a un reo condenado a cadena perpetua. El hecho fue observado por un agente de guardia que se lo confirmó a su superior. La justicia de Chubut inició actuaciones porque la magistrada participó del juicio donde se acusó de por vida al detenido, que mató a un policía en 2009, y en el cual se había manifestado en disidencia.
La escena ocurrió entre las fiestas de fin de año, el pasado 29 de diciembre, en una de las salas del Instituto Penitenciario Provincial (IPP) de Trelew. Allí, la jueza Mariel Suárez de la Circunscripción de Comodoro Rivadavia y el preso Cristian Omar “Mai” Bustos fueron descubiertos en una escena “romántica” entre mates y caricias.
En el video se observa de forma clara como la mujer y el detenido se acercan y terminan besándose por un corto lapso. La imagen de este polémico amor fue visualizada por un agente de guardia que le reporto la situación al jefe de la División Seguridad Interna, según informó el Diario Jornada.
Cuando la filmación fue publicada, estalló el escándalo. Entre noviembre y diciembre, Bustos fue juzgado y condenado por asesinar al policía Leandro Roberts y herir gravemente a Luis Cañumir. Incluso en uno de los juicios confirmó que apretó el gatillo para ultimar al primero.
Frente a él, mientras confesaba el crimen, estaban la jueza María Laura Martini y la conjueza Ximena Miranda Nastovich, pero también se encontraba Suárez, que en la condena contra Bustos dictada el 22 de diciembre votó en disidencia, para bajar la pena del acusado.
El asesinato de Roberts a manos de Bustos fue un hecho con repercusión en la ciudad patagónica por la ferocidad del hecho pero también porque tardó 12 años en ser elevado a juicio. Lo que nadie imaginó fue que una de las letradas que debía juzgarlo terminaría una semana después besándose con él en la cárcel.
“No hubo beso”
La jueza cuestionada, por su parte, se defendió negando el beso y afirmando que visita al reo para escribir un libro sobre su caso: “A mí no me llegó ninguna notificación formal todavía y yo estoy contando los motivos detrás de la imagen. Soy juez penal, pero también soy una persona, y no soy tonta. Yo sé que en los lugares de detención hay cámaras, porque aparte los visito continuamente. Entonces, no voy a ir a exponerme con algo que no es cierto .Mi motivo es un motivo laboral, pero que no está relacionado con mi función de juzgadora”.
Respecto de Bustos, afirmó que “lo conocí en el juicio y la segunda vez que lo veía fue en esa entrevista (…) No es real, no hubo un beso. Él insistió y estaba muy contento y efusivo por la propuesta que le hacían. Imagínense que es una persona que está condenada a prisión perpetua y para él es algo llamativo que alguien le ofrezca hacer un libro, pero no es una relación sentimental y no es un beso. Estuvimos charlando. Es una relación cordial de trabajo”.
Qué dijo la justicia sobre el beso entre Mariel Suárez y “Mai” Bustos
Conocidas las imágenes, el Superior Tribunal de Justica de Chubut decidió tomar acciones administrativas contra la jueza, alegando “conductas inadecuadas”.
“A raíz de una comunicación formal dirigida a los Ministros en feria se tomó conocimiento de un encuentro requerido por una jueza penal de la circunscripción de Comodoro Rivadavia y un recluso alojado en dicho centro penitenciario, considerado de alta peligrosidad y recientemente condenado en el marco de un juicio oral y público sustanciado en la ciudad de Esquel”, dice el texto.
También explica que se van a investigar las circunstancias del encuentro y sus características, afirmados en la ruptura de la ley de ética.
“De los datos comunicados desde el Instituto Penitenciario surgen que la jueza habría incurrido en conductas inadecuadas para un magistrado. Las actuaciones se dirigen a dilucidar las circunstancias de dicha reunión entre una magistrada y un condenado, el tenor del encuentro, su extensión en el tiempo y las características del mismo, que puedan implicar violaciones a la Ley de Ética Pública y/o al Reglamento Interno General del Poder Judicial”, concluye el informe del Tribunal Superior.