La alarma que genera la variante Ómicron de coronavirus, que ya provocó una ola de contagios en países del sur de África, impuso restricciones en varias partes del mundo, incluida Argentina, donde el último viernes se dio una situación insólita.
El buque “Hamburg” amarró el viernes en el puerto metropolitano. Doce horas después, las autoridades se dieron cuenta que habían cometido un error geográfico, según detalló Clarín.
MS Hamburg, operado por la empresa alemana Plantours Kreuzfahrten y con capacidad para más de 400 pasajeros, amarró en la Terminal de Cruceros y las autoridades confundieron su procedencia: África por Asia.
“Boluda, este barco viene de Cabo Verde, ¿eso no es en África?”
Esta frase es real y la dijo el sábado pasado una inspectora de la Dirección de Sanidad de Fronteras de Argentina que se ubicaba en el puente de mando del buque crucero de bandera de Bahamas MS Hamburg.
Su interlocutora era otra funcionaria del mismo organismo que se encontraba en tierra y sostenía que la isla integra el continente asiático.
El error de quien argumentaba que Cabo Verde se encuentra en Asia permitió que una nave, procedente del continente africano, llegara al país.
Esto, casi sin controles en medio de la preocupación mundial que existe por el surgimiento de la reciente variante Ómicron.
Debido a esto, este lunes se publicó nuevas restricciones en Argentina para personas que estuvieron en ese continente en los últimos 14 días.
Por otro lado, las autoridades de fronteras ya habían recibido indicaciones internas de extremar los controles para postergar lo máximo posible el ingreso de la nueva cepa al país. El buque había estado 6 días navegando.
¿Riesgo de Ómicron en territorios de argentina?
El buque de pasajeros Hamburg fue construido en 1997 en Alemania y tiene un desplazamiento de 15.000 toneladas y capacidad para más de 400 pasajeros.
Cuenta con una tripulación total de 170 marinos y el viernes pasado ingresó a la terminal argentina luego que las autoridades le otorgarán la llamada “libre plática”. Finalmente, tanto pasajeros como tripulación descendieron a tierra firme.
Para el otorgamiento de tal autorización y según los actuales protocolos sanitaros, es necesario que el capitán informe cuáles fueron los puertos en donde estuvo amarrado el buque. En este caso, esto no se cumplió rigurosamente, según constató el medio Infobae.
Se autorizó el amarre, el consecuente ingreso e ingreso de los 300 pasajeros alemanes, además del embarque de quienes abordarán la nave en el puerto local.
Todo transcurrió con normalidad hasta las 8:15 del sábado, cuando se desató la discusión entre la inspectora que detectó el error con su compañera.
Se trató de dos integrantes de la oficina que tiene la responsabilidad de velar por la sanidad nacional en fronteras marítimas, aéreas y terrestres de todo el país.