Este jueves, un grupo de colectividades de izquierda emitió un comunicado rechazando la declaración en la cual el Gobierno confirmó que no reconoce los resultados de las elecciones del pasado domingo en Nicaragua, desatando divergencias en las filas de Apruebo Dignidad. Uno de sus principales argumentos consistía en la presencia de observadores internacionales durante los comicios. Sin embargo, el régimen sandinista derogó esta figura en su legislación y la reemplazó por otra más afín con sus intereses. Éstos son los "acompañantes electorales", entre los cuales se incluye a un chileno.

Los observadores internacionales que habitualmente acompañan los procesos electorales en Latinoamérica, como la OEA, la Unión Europea (UE) y el Centro Carter, estuvieron ausentes en los comicios generales del pasado domingo en Nicaragua, que fueron acompañados por un grupo de personas adeptas al régimen del presidente y candidato a la reelección, Daniel Ortega.

La presencia de los supuestos observadores imparciales fue uno de los argumentos esgrimidos por organizaciones de izquierda, incluyendo representantes del Partido Comunista, para rechazar que el Gobierno de Sebastián Piñera no reconozca los resultados de los comicios en Nicaragua. La declaración sacó a relucir diferencias internas en Apruebo Dignidad, coalición que busca llevar al frenteamplista Gabriel Boric a la presidencia, contando con el apoyo del PC.

Sin embargo, la figura de “observador” fue incluso derogada recientemente por una reforma legal en el país centroamericano.

En su lugar, existen los “acompañantes electorales”, que en este caso fueron unas 200 personas de cerca de 30 países, entre los que se incluyó al chileno y excandidato a concejal por Puente Alto, Gregorio Luis Mondaca Crestto, representante del Movimiento del Socialismo Allendista.

La UE y la OEA, fuera

“Allí (a Nicaragua) no vamos a mandar ninguna misión de observación electoral porque el señor Ortega ya se encargó de encarcelar a todos los opositores políticos que se presentaban a las elecciones”, dijo el martes pasado en Lima el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.

“No podemos esperar que este proceso arroje un resultado legítimo que podamos considerar, sino todo lo contrario”, señaló Borrel, que calificó las elecciones en Nicaragua como “completamente un fake“.

Mientras tanto el Ejecutivo nicaragüense decidió no invitar a la Organización de Estados Americanos (OEA) como observadores, según el canciller Denis Moncada, “después de su participación en un golpe de Estado en Bolivia” en 2019.

“No podemos invitar a alguien que ha participado en la promoción y ejecución de un golpe de Estado contra un país democrático, como es el caso de Bolivia, dijo Moncada durante una visita oficial a Turquía hace pocas semanas.

¿Quiénes son los “acompañantes electorales”?

Nicaragua acreditó a 232 “acompañantes electorales” de 27 países y 40 “especialistas en comunicación” de extranjeros, “altamente calificados en términos electorales” para los comicios, en su mayoría, según el observatorio multidisciplinario nicaragüense Urnas Abiertas, políticos afines al gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Entre los “acompañantes” figuran el mencionado representante del Movimiento del Socialismo Allendista de Chile, Gregorio Mondaca, y los miembros del Partido Comunista de España José Luis Centella y Miguel Ángel Bustamante.

También el expresidente de Veteranos por la Paz de Estados Unidos Gerry Condon y el secretario de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Argentina, Jorge Kreyness. Éste último, sin embargo, negó su participación en una publicación con la cual buscaba apoyar al régimen sandinista.

Urnas Abiertas, que se define como imparcial y que comparte análisis sobre la justicia y el riesgo electoral, identificó a Centella como “un abierto simpatizante” de los Gobiernos de Cuba y Venezuela, así como del “comunismo chino” y de Ortega, mientras que a Bustamante lo señaló de ser simpatizante de los sandinistas en España.

A Condon y a Kreyness los calificaron como activistas de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en sus países.

Diferencia entre acompañante y observador

Durante un foro virtual en el que fueron presentados algunos de los acompañantes, la magistrada del Consejo Supremo Electoral (CSE), Mayra Salinas, explicó que “el acompañante internacional es como el amigo que llega a tu casa, que vos invitas para que llegue a tu casa y pueda acompañar en un proceso de compartir, de ver, de disfrutar, de conocerlo y que pueda hacer recomendación”.

En cambio, criticó, “los observadores electorales quieren estar por encima de tu proceso nacional”.

La falta de observación muestra la falta de transparencia del proceso, apuntó, por su lado, el sociólogo nicaragüense Humberto Belli, en un escrito desde el exilio.

Según Belli, que fue ministro de Educación en el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997) y quien es señalado por las autoridades de cometer el delito de “traición a la patria”, Ortega orquestó “una mentira colosal” en los comicios del domingo, en cuanto al nivel de participación.

¿Disimular la abstención?

Esa es la razón, por lo que a su juicio, las autoridades han descartado a los observadores internacionales, como la OEA, la UE y el Centro Carter, prohibido la entrada de misiones periodísticas al país y no han acreditado a la prensa nacional y extranjera en Nicaragua para que tengan acceso a los centros de votación.

“La dictadura hará todo lo posible por disimular la inevitable abstención”, valoró Belli, quien anticipó que el órgano electoral, bajo el control de los sandinistas, diría después de las votaciones que hubo alta participación y que Ortega ganó por amplia mayoría.

“La negativa a la observación internacional fue, precisamente, para poder hacer estas cosas”, anotó.

En mayo pasado, antes de que comenzara la ola de arrestos contra los líderes opositores, empresarios, campesinos, periodistas, activistas y profesionales independientes, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, advirtió que Nicaragua se encaminaba a “la peor elección posible” debido a la falta de garantías para celebrar un proceso libre, justo y transparente.

Ortega fue el evidente ganador del proceso, corriendo como favorito para su quinto mandato y cuarto consecutivo, en medio del arresto de siete aspirantes a candidatos presidenciales de la oposición que se perfilaban como sus principales rivales.

Según indicó el representante permanente de Nicaragua, Arturo McField Yescas, durante un diálogo entre miembros y observadores de la OEA, en su país se votó con “el 65% de participación” y el 75% de los votantes respaldó a Ortega.

Con los resultados del domingo, Ortega, quien gobierna desde 2007 tras haberlo hecho de 1979 a 1990, se garantizó cinco años más como presidente, nuevamente con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta.