El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se mantendrá en cuarentena hasta este sábado, luego que su ministro de Salud diera positivo a covid-19 en Nueva York.
Bolsonaro se encuentra en el Palacio de la Alvorada, su residencial oficial en Brasilia. Según el secretario especial de Comunicación del Gobierno, André de Sousa, está “totalmente asintomático” y “seguirá las orientaciones” sanitarias”.
De Sousa informó que el mandatario, así como la comitiva que lo acompañó a Nueva York para la Asamblea General de Naciones Unidas y tuvo contacto con el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, guardarán cuarentena al menos hasta el sábado, cuando se someterán a nuevas pruebas de diagnóstico para el SARS-CoV-2.
En caso de que el resultado sea negativo, el líder ultraderechista y los otros miembros de la delegación estarán “liberados del aislamiento”, momento a partir del cual “serán acompañados por un médico” hasta que se cumplan los 14 días desde el último contacto con Queiroga.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) ha recomendado a Bolsonaro y al resto de la comitiva guardar una cuarentena de 14 días, por haber estado en contacto con el ministro.
El titular de Salud, que ya estaba vacunado con la pauta completa, dio positivo al coronavirus poco antes de que la comitiva regresara a Brasil, el lunes por la noche, por lo que tuvo que quedarse aislado en un hotel de Nueva York.
Queiroga tuvo una intensa agenda desde que llegó a la ciudad el domingo, en el mismo avión en el que viajó Bolsonaro y la otra veintena de miembros de delegación brasileña.
Participó en numerosas actividades oficiales y acompañó al presidente a varias reuniones de alto nivel, con el primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente de Polonia, Andrzej Duda; y la expresidenta chilena Michelle Bachelet, hoy alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, entre otras.
También estuvo el martes en el plenario de la Asamblea General de la ONU para acompañar el discurso de Bolsonaro, quien exhibió su negacionismo frente a la pandemia y criticó el “pasaporte de vacunación” que algunos países están empezando a exigir.
Desde el inicio de la crisis sanitaria, el gobernante ha minimizado la gravedad del virus, censurado el uso de mascarilla y puesto en duda la eficacia de las vacunas, además de promover medicamentos de dudosa eficacia contra el patógeno, como la cloroquina.
El capitán retirado del Ejército, que ya se contagió en julio del año pasado, dice que no se ha vacunado y que no lo hará hasta se inmunice el “último” brasileño.
Con más de 592.000 decesos y 21,2 millones de positivos, Brasil es uno de los países del mundo más castigados por la pandemia, junto con Estados Unidos y la India.