El presidente Alberto Fernández enfrenta a la justicia por una cena organizada durante el estricto confinamiento de Argentina en 2020, tras la decisión de un fiscal de abrir una investigación en su contra pese a su oferta de donar parte del sueldo para reparar el daño.
El episodio generó una andanada de críticas de adversarios y militantes de su propio partido, e impactó en la campaña hacia las elecciones legislativas de medio término que se celebrarán el 14 de noviembre en Argentina, cruciales para los últimos dos años del mandato del peronista Fernández, con posibilidad de una reelección en 2023.
El fiscal federal Ramiro González resolvió el jueves “formalizar la investigación descripta contra el presidente”, su esposa Fabiola Yañez y los otros diez comensales que participaron el 14 de julio de 2020 de la celebración de cumpleaños de la primera dama en la residencia oficial de Olivos (periferia norte) cuando estaban prohibidas las reuniones por la pandemia del covid-19, según el texto de la imputación.
Poco antes de conocerse la imputación por parte de la fiscalía, el presidente se presentó el jueves ante la justicia y propuso a modo de “reparación de un potencial daño” donar la mitad de su sueldo durante cuatro meses consecutivos al Instituto Malbrán de investigación bacteriológica.
El juez Sebastián Casanello debe ahora decidir si avanza en la investigación o acepta el ofrecimiento del presidente y pone fin al procedimiento judicial.
“El festejo del cumpleaños de Fabiola no fue una maniobra dolosa, fue un acto de imprudencia y de negligencia. No esperé que me citen, ni busqué influenciar ni a un fiscal ni a un juez ni busqué un abogado ‘lobbista’. Me presenté espontáneamente y dije lo que creo que jurídicamente ocurrió. Ya di las explicaciones, fue algo que no debió haber ocurrido”, afirmó Fernández en una entrevista este viernes con Radio 10.
El presidente, profesor de derecho penal, dijo sentirse “tranquilo” porque “no se configuró un delito” ya que no se produjeron contagios a raíz de la cena.
El escándalo estalló hace dos semanas con la publicación de una foto de aquella celebración, tras lo cual Fernández fue denunciado en la justicia por supuesta violación de cuarentena, más allá de sus disculpas públicas.
“Quiero que los argentinos sepan que me dolió, me preocupó. Cometí un error, un desliz, un descuido, producto de la vorágine” del primer año de su gestión en medio de la pandemia, aseveró este viernes.
Fernández consideró que “es un tema superado”, cuando intenta poner el eje en “la recuperación real de la economía” argentina.
Impacto incierto
El episodio generó malestar en familiares de víctimas del covid que no pudieron despedir los restos de sus allegados. Más de 111.000 personas murieron y 5,1 millones contrajeron coronavirus sobre una población de 45 millones.
La difusión de la foto marcó la largada de la campaña electoral para las primarias abiertas y obligatorias del 12 de septiembre que definen las listas de cada espacio político para los comicios legislativos, y que en los hechos funcionan como un termómetro y una suerte de gran sondeo electoral.
Los encuestadores coinciden en que es incierto saber cuánto impactará el episodio en el resultado de esta elección marcada por la pandemia que agudizó la recesión, en una Argentina que comienza de a poco a reactivarse.
“Después de mirar todas las encuestas, decidí esperar el resultado de las elecciones”, ironizó este viernes el analista político Raúl Timerman en la red Twitter.
El politólogo y consultor Raúl Aragón minimizó el alcance electoral del escándalo atizado por la oposición.
“Nadie que tenga decidido votar por el (oficialista) Frente de Todos va a cambiar su voto por esa foto. Los primeros números que estamos viendo muestran que no tuvo impacto”, sostuvo.
El 14 de noviembre, los argentinos irán a las urnas para renovar un tercio del Senado, con mayoría oficialista, y la mitad de la Cámara de Diputados, donde la oposición tiene los escaños necesarios para bloquear proyectos del gobierno si lo desea.