Representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición liderada por Juan Guaidó inician este viernes en México nuevas conversaciones para buscar una salida a la crisis del país. ¿Qué se espera esta vez?
Una nueva mesa de diálogo comienza este viernes entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición liderada por Juan Guaidó para apaciguar la prolongada crisis en Venezuela.
En el centro de la discusión estarán las elecciones regionales previstas para noviembre y las sanciones internacionales contra Caracas.
Esta vez, el país elegido para las reuniones es México, y la mediación estará a cargo de Noruega.
Las exigencias del Gobierno de Maduro en esta oportunidad, además del levantamiento de sanciones, incluyen el “reconocimiento de las autoridades legítimas de Venezuela”, la “renuncia a la violencia” y “que se incorpore a todos los partidos de oposición”.
Sobre la agenda a tratar, Maduro se ha limitado a decir que tiene “siete puntos y se está debatiendo”.
Este nuevo intento se produce dos años después del intento fallido en Barbados, también auspiciado por Noruega, cuando Venezuela vivía momentos de alta tensión.
Los motivos del fracaso de los anteriores encuentros fueron la negativa del chavismo a renunciar al control de las convocatorias. Esto, además de la evidente división de la oposición, cuyo liderazgo no se ha visto fortalecido.
“Parece que ahora se quiere dialogar casi debido al fracaso de los dos sectores, pero creo que vamos en condiciones similares a las anteriores”. Así lo explicó el sociólogo venezolano Tulio Hernández, quien resaltó que todo el gobierno no ha dado muestras de buena voluntad para iniciar un diálogo.
“De hecho, arreció la represión y se detuvo hace unas semanas a Freddy Guevara, figura clave de la oposición. Esto, así como a representantes de la ONG Fundar Redes, que es la que más denunció la presencia de grupos irregulares colombianos en el país”, recordó Hernández.
Críticas a la oposición
En el diálogo, que se llevará a cabo en Ciudad de México, no participarán voceros del sector disidente de la oposición liderada por Guaidó.
La delegación opositora estará liderada por Gerardo Blyde, exalcalde del municipio caraqueño de Baruta y abogado constitucionalista.
Por parte del Gobierno de Maduro, estará el presidente de la Asamblea Nacional y ex vicepresidente Jorge Rodríguez.
“La estrategia del régimen es ganar tiempo, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, utilizando la interlocución y el respaldo de algunos países para este proceso” dijo Pedro Urruchurtu, politólogo y coordinador de Vente Venezuela.
“Esto y además valiéndose del desgaste del gobierno interino de Guaidó y la oposición, que durante estos dos años no ha logrado los resultados esperados”, afirmó Urruchurtu.
Urruchurtu crítica que la oposición se siente a una mesa de diálogo sin poner ninguna condición: “Antes de sentarse a negociar deberían exigir, al menos, la liberación de presos políticos”.
En cuanto a si la oposición está ahora más dividida, el gran problema sería la infiltración del gobierno dentro de partidos opositores. “Muchos terminaron siendo operadores del régimen de estos partidos de oposición”, sostuvo el político venezolano.
Por su parte, el sociólogo Hernández dice que “no hay que olvidar que en el gobierno son muy astutos para ganar tiempo. La gran meta es lograr que Maduro termine su período”.
Pero, además, habría otras razones por las que quieren dialogar. “Se dice que es porque hay una fractura interna entre los militares, o por la insostenible situación económica”.
“También se acercan elecciones y buscan legitimación, tratando de que participe la oposición completa” señaló el experto venezolano.
En los comicios del 21 de noviembre se elegirán gobernadores de los 23 estados, alcaldes de los 335 municipios y miembros de los consejos legislativos locales y regionales del país.
El papel de México
En los últimos años, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador expresó su voluntad de querer ayudar a superar la crisis venezolana a través del diálogo.
Pero, para el sociólogo Tulio Hernández “México no es para nada neutral, AMLO es un aliado de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y se está preparando para ser donante del comunismo”.
En esa misma línea opina el representante de Vente Venezuela, Pedro Urruchurtu.
Expresó que esa es la principal razón por la que tiene muy pocas expectativas de que las negociaciones lleguen a buen puerto.
“AMLO tiene claramente compromisos ideológicos con el régimen venezolano y eso les da comodidad. Lo mismo ocurrió en República Dominicana”, aseveró.
“Esta no es una negociación real, porque primero imponen una agenda para pedir que se les quite todos los elementos de presión que, incluso, hicieron que más de 60 países reconozcan a Juan Guaidó como presidente interino”, agregó Urruchurtu.
A pesar de todo, el sociólogo Hernández desea que este encuentro entre el gobierno y la oposición venezolana sea “fructífero” y que se llegue a un acuerdo para lograr “una salida democrática”.
No obstante, “personalmente, espero muy poco, y ese es también el sentir de mucha gente. Pero igual hay que abrirse al diálogo”, señala.