El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, desafió la decisión de un juez de la Corte Suprema de incluirle en una investigación sobre ataques a la democracia a través de internet y preguntó si allanarán su residencia oficial.
“¿A quién mandarán? ¿A la Policía Federal o a las Fuerzas Armadas?”, planteó sonriendo y hasta en tono desafiante. Esto, frente a un grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada.
“Qué vergüenza”, dijo sobre su inclusión en un proceso abierto en 2019 por la Corte Suprema. Lo anterior, para investigar reiterados ataques a las instituciones democráticas a través de las redes sociales.
Bolsonaro pasó a ser investigado por esos asuntos tras desatar una dura campaña de descrédito contra las urnas electrónicas usadas. Esto, en los procesos electorales que se celebran en Brasil desde 1996.
No obstante, según Bolsonaro, ese sistema propicia las trampas y ahora mismo se estaría orquestando una maniobra para las elecciones presidenciales de 2022 en favor del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Exigencias y “fraudes”
Con esa premisa, el mandatario exige que, para 2022, en paralelo al voto electrónico se retome el sufragio con papeletas. Esto, pese a que en su momento era motivo de constantes dudas y denuncias de fraudes.
Bolsonaro sostiene que hasta las elecciones de 2018 fueron objeto de fraudes. Apoya su afirmación en documentos del propio Tribunal Superior Electoral (TSE), en los que se reveló un ataque de un “hacker”.
El TSE reiteró que ese asunto se investigó y que se demostró que el invasor accedió a sistemas generales del tribunal pero no a los vinculados al proceso electoral.
En un comunicado, el tribunal electoral subrayó que no se trata de “información nueva”. Además, se reiteró que todo fue debidamente esclarecido en la época en que ocurrieron esos hechos.
Hasta ahora, la campaña de Bolsonaro contra el voto electrónico sólo ha encontrado eco en minoritarias corrientes de ultraderecha.