El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó este jueves que su país será la sede de las conversaciones entre la administración del mandatario venezolano Nicolás Maduro y la oposición, bajo la mediación de Noruega.
“Me acaba de informar el secretario de Relaciones (Exteriores, Mauricio Ebrard) que a propuesta de Noruega se propone que México sea sede para llevar a cabo estas negociaciones y nosotros aceptamos”, dijo el mandatario durante su habitual conferencia matinal.
“Son pláticas del gobierno de Venezuela y la oposición. Ojalá y se logre un acuerdo”, agregó. “Nosotros aceptamos porque lo que buscamos es que haya acuerdos y diálogos entre las partes”.
En junio pasado, la cancillería mexicana informó que impulsaba con Noruega el diálogo político en el país caribeño, aunque aún no habían definido dónde se llevaría a cabo. El 24 de julio, Maduro dijo que esperaba que la mesa se instalara en México en agosto y que “posiblemente” contaría con la participación del gobierno de Estados Unidos. La última vez que gobierno y oposición se sentaron en una mesa de negociaciones fue en Barbados en 2019, auspiciados también por Noruega. Esas conversaciones se agotaron sin acuerdos.
El gobernante venezolano ha expresado en otras oportunidades su disposición a dialogar con la oposición que lidera Juan Guaidó, a quien más de 50 países consideran el presidente encargado del país tras desconocer la reelección de Maduro en 2018, que consideran fraudulenta.
En 2019, el Gobierno de López Obrador fue de los pocos de la región que no reconoció la presidencia del opositor Juan Guaidó y abanderó junto con Uruguay una propuesta de diálogo entre Maduro y la oposición.
Sobre las negociaciones, Maduro ha dicho que se prevé una “agenda compleja, difícil”, pero que ya se han sentado las bases del arranque del diálogo. Maduro había condicionado su participación al levantamiento de sanciones económicas, que incluyen un embargo al petróleo venezolano, que le ha cerrado vías de financiamiento en medio de una dura crisis económica.
Guaidó también ha dicho estar preparado para sentarse con el gobierno. Exige un cronograma de elecciones que incluya comicios presidenciales, a cambio de un “levantamiento progresivo” de sanciones. Estados Unidos y la Unión Europea ya han expresado su disposición a revisar las medidas coercitivas si avanzan las discusiones en pro de elecciones “creíbles”.