El profesor Rainer Schultz, doctor en estudios latinoamericanos de Harvard, vive en Cuba y lleva estudiando a este país hace veinte años.
Como académico, está también en permanente diálogo con las autoridades del país. Asegura que las protestas actuales podrían ser el principio de un cambio profundo en la isla.
Además de los arrestos que hemos visto en las protestas en Cuba, ¿cuál es la reacción del gobierno cubano ante las protestas en el país, se discute lo que está ocurriendo en las calles de la Habana?
En las filas del gobierno cubano hay quienes defienden el estatu quo, pero también hay quienes han tomado conciencia de que las cosas están verdaderamente mal y por eso muchos en el gobierno saben que tiene que haber un cambio más profundo y más rápido.
No solo se trata de un cambio superficial, como brindarle facilidades a los cubanos para que tengan casa y comida, se trata de un cambio duradero y con perspectiva positiva hacia el futuro.
Habrá que definir cómo llegar al socialismo próspero y sostenible, que es el objetivo declarado oficialmente. En los años que vivo acá, es la primera vez que veo que algo podría cambiar de esta manera.
¿Qué está haciendo el gobierno cubano para acercarse al pueblo que reclama un cambio?
El gobierno cubano es consciente de que las razones de fondo son socioeconómicas.
Se han visto remarcadas por la pandemia y la consecuente falta de ingresos para un país que depende mucho del turismo, pero el sistema tampoco ha podido superar aún la falta de servicios y suministros básicos.
Entonces, muchos en el gobierno saben que también tienen responsabilidad en esto y tienen miedo de tomar decisiones, aunque saben que las condiciones tienen que mejorar. Por eso están buscando medidas para aliviar la situación. El gobierno cubano está buscando un diálogo.
¿Qué tipo de diálogo? Solo vemos los arrestos, ¿existe la voluntad de un diálogo sincero?
¡Sí! Claro, hay quienes no quieren cambiar nada y no creen en el diálogo por ambos lados.
Pero otros sí tienen y muestran sensibilidad ante lo que está ocurriendo en las calles del país; existe una discusión al respecto y la posibilidad de una mayor apertura.
Muchos son conscientes de que tienen que atreverse más a realizar cambios. Esto lo veo por primera vez con esta honestidad.
Las sanciones contra Cuba son algo que efectivamente perjudica al país y la interferencia de afuera complica el proceso de adentro, pero no puede ser una excusa permanente, y muchos en las filas del gobierno saben que tiene que tomar responsabilidad y cambiar lo que se puede cambiar dentro de su país.
Usted vive en Cuba, tiene contacto tanto con familias cubanas, como con el gobierno cubano. ¿La gente tiene miedo de salir a las calles a protestar después de los arrestos que se han llevado a cabo?como en Alemania, EE.UU., pero no en muchos otros países, como Cuba.
Aquí todavía hay restricciones, todavía hay un toque de queda y todavía hay contagios, y la gente tiene miedo a salir por ambas cosas. Pero dicho eso, también quiero resaltar que hoy día en Cuba la mayoría de los cubanos volvió a la anormalidad de la pandemia, trabaja, cura, ama y construye… y hace colas en las tiendas.
El gobierno de EEUU acaba de anunciar nuevas sanciones específicas contra el Ministerio de las Fuerzas Armadas y miembros del Ministero del Interior. ¿Qué efecto tendrá esto?
Las sanciones contra ciertos individuos del gobierno han existido antes, de una u otra forma.
El ex-presidente Donald Trump impuso un total de 243 sanciones adicionales contra Cuba, que siguen estando vigentes bajo la administración de Biden a pesar del gran daño que hacen al país y su población.
Ahora, las más recientes sanciones impuestas por el gobierno del actual presidente Joe Biden no lograrán nada más y son más que nada simbólicas.
Lo que sí harán será darle argumentos al gobierno cubano para que este presente a EEUU como el gran enemigo y a Cuba como víctima ‘del imperio del norte’.
Sin embargo, me parece que el anuncio sobre el aumento del personal en la embajada de EEUU en La Habana es algo positivo, que permitirá más remesesas hacia la isla.
Usted lleva estudiando hace más de 20 años la política cubana, las relaciones entre EE.UU. y Cuba y entre Alemania y Cuba. ¿Cuál sería la mejor alternativa a las sanciones?
Una política como la que el expresidente Barack Obama llevó a cabo, es decir, crear y mantener un diálogo con Cuba, tener presencia en el país, colaborar en áreas de interés mutuo, de las cuales hay muchas: desde el medioambiente, desastres naturales, migración, narcotráfico, hasta ciencias y pandemias, por solo mencionar algunas.
Solo eso podría originar una mayor apertura, confianza mutua y un cambio en el país, tal como comenzó en aquel entonces.
¿Pero el gobierno de Biden estaría acaso abierto al respecto, siendo que el próximo año hay elecciones en EEUU?
Ese es un buen punto. Los demócratas necesitan los votos de los cubano-westadounidenses y de los venezolanos.
Y si el actual gobierno se muestra “débil” en el tema del socialismo, esto podría costarle votos a los demócratas, sobre todo en Florida, un estado que tiene senadores y otros representantes políticos de origen cubano con una gran influencia.
Aquí Biden no puede arriesgarse a perder votos. Pero es importante tomar en cuenta que también la opinión pública es dinámica, hay quienes han cambiado de opinión con la política de acercamiento que el expresidente Obama llevó a cabo con audacia y liderazgo a partir del 2014.
Al final, son sus rpopias familias las que están sufriendo en la isla. Además, hay alrededor de 330 millones de estdounidenses que durante 60 años no han podido viajar libremente a Cuba.
Por eso ahora muchos se han dado cuenta que un diálogo es más efectivo y mejor para el pueblo cubano que más sanciones.