"¡Disparen a los edificios!, ¡Nosotros somos el hampa!": arrinconada en el último cuarto de su casa, María escucha aterrada a un grupo de delincuentes fuertemente armados que llevan horas disparando desde lo alto del cerro en una barriada de Caracas.
Un nuevo enfrentamiento entre policías y bandas criminales se registra en la capital venezolana desde el miércoles, con un saldo de al menos cuatro fallecidos, la mayoría por balas perdidas, según medios locales.
Tras varias horas de terror, las autoridades anunciaron este jueves un nuevo “despliegue” y recomendaron a la población “resguardarse”.
Uniformados con vehículos blindados se apostaron desde temprano en calles desiertas del Paraíso, donde operan violentas bandas.
Lo mismo hicieron en otras zonas del oeste de Caracas alcanzadas por la violencia sembrada por estas organizaciones delictivas. El gobierno vincula con un presunto complot para “desestabilizar” al presidente Nicolás Maduro.
“Estos se nos han escapado de las manos”, dice bajo reserva un funcionario policial, resguardado en El Paraíso. Ahí está ubicada la comandancia general de la Guardia Nacional, cuerpo castrense a cargo del orden público.
Los delincuentes “tienen armas modernas”, sostiene otro agente, que dice estar esperando la “luz verde” para “limpiar todo esto de una vez”.
Testigos sostienen que a las armas de alto calibre se suman granadas, además de drones con los que vigilan las zonas que controlan.
“Ellos pueden verlo todo desde arriba”, sostienen pobladores.
Al menos dos funcionarios policiales han resultado heridos en las últimas horas, según una fuente médica. En el país no hay cifras oficiales sobre violencia en general, y mucho menos de las muertes.
Venezuela registró 12.000 fallecidos en hechos violentos en 2020 según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
“Estamos encerrados”
“Están disparando para los apartamentos”, comentó María, como pidió llamarse por temor a las represalias de estas bandas armadas.
Para María es común ver a jóvenes armados cerca de su casa. “Los veo a diario… ellos pasan a cada rato con armas largas por la calle”, relató.
“Eso suena demasiado feo, se calma un ratico y de repente empieza la ‘plomamentazón’, detonaciones fuertes. No hemos podido ver a nuestros familiares que viven en la parte de arriba”, cuenta asustada.
Con claridad, escucha las indicaciones que se gritan entre sí los “malandros” mientras apuntan hacia los agentes de seguridad desplegados para contenerlos. Se refieren a los uniformados como “brujas”.
“¡Brujas, brujas¡, voy a lanzar las bombas, causa (compañero), vamos a lanzar las bombas pa’ bajo”, se escucha en un audio que María logró grabar con su celular.
Tal es el pánico, que María y su familia piensan refugiarse en casa de un familiar a las afueras de Caracas. “Por el momento es imposible movernos”, dice.
En junio pasado, las balaceras dejaron al menos tres muertos, según la prensa local. Una de las víctimas fue la enfermera Yuraima Díaz Araujo, quien murió “producto de una bala perdida” mientras hacía fila para surtir su vehículo de gasolina.
En el marco de estas arremetidas delictivas que se han recrudecido desde diciembre de 2020, la ministra de Interior y Justicia, Carmen Meléndez, se refirió en esa oportunidad a una “operación impecable” con más de 1.400 funcionarios que dejó 38 detenidos.
Este jueves la funcionaria informó “el despliegue de un nuevo operativo de protección y resguardo” a los habitantes de cinco amplios sectores de Caracas afectados por la criminalidad desatada.
“Los organismos de seguridad del Estado continúan desplegados en las zonas vulneradas por estos criminales y no descansarán hasta rescatar el control absoluto (..) El llamado es a permanecer en resguardo, mantener la calma y la confianza en nuestras instituciones”, escribió la ministra en Twitter.