Brasil vivió en marzo el peor mes de la pandemia con más de 66.000 muertos, en medio de una desenfrenada ola de contagios.
El gigante sudamericano cerró el tercer mes del año con contagios desbocados, que resultaron en la mayor mortalidad desde el inicio de la pandemia: 66.573 víctimas fatales, más del doble de las 32.881 de julio de 2020, hasta ahora el mes más letal.
Este miércoles se registró además un récord diario: 3.869 decesos en 24 horas, lo que eleva el total a 321.515, superado solo por Estados Unidos.
Las cifras hacen temer un incremento aún mayor en los decesos en abril, con el sistema de salud colapsado, lo que obliga a varios estados a adoptar protocolos para adjudicar las camas disponibles a los pacientes con más chances de sobrevivir.
Aunque el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, pidió a los brasileños usar mascarilla y mantener el aislamiento durante los feriados de Semana Santa, el presidente Jair Bolsonaro volvió a oponerse a las órdenes de confinamiento de muchas autoridades locales.
En lo que suponen buenas noticias, este miércoles el regulador sanitario local aprobó la vacuna monodosis de Johnson&Johnson, para impulsar la campaña de vacunación que ha alcanzado a cerca de un 8% de los 212 millones de brasileños con una primera dosis, y a un 2,3% con las dos.
En tanto, el hambre se abre paso en el país, que registró un desempleo del 14,2% en el trimestre de noviembre a enero.