Brasil batió este martes su récord de muertos por covid-19 en 24 horas, con 1.972 decesos oficialmente reportados, sin dar señales de que la pandemia amaine en un país con el sistema hospitalario desbordado y la vacunación avanzando a paso lento.
Desde el inicio de la crisis sanitaria hace un año, Brasil totaliza 268.370 fallecidos, un balance superado solo por Estados Unidos.
El Ministerio de Salud dio parte además de 70.764 nuevos casos, con un total de 11,1 millones.
El récord anterior de muertos databa del 3 de marzo (1.910).
En los últimos siete días, el promedio es de 1.573 decesos en 24 horas, en aumento constante desde hace dos semanas.
El país, de 212 millones de habitantes, vive una situación dramática.
De acuerdo con un boletín de la Fundación Fiocruz divulgado este martes, 25 de las 27 capitales de estados brasileños tienen más de 80% de ocupación de sus plazas en las unidades de cuidados intensivos.
“Frente a la situación extremadamente crítica de las tasas de ocupación de camas de cuidados intensivos(…), los investigadores refuerzan la necesidad de ampliar y fortalecer medidas de distanciamiento físico, uso de máscaras y lavado de manos”, apuntó Fiocruz.
Son consejos difíciles de generalizar en un país donde el propio presidente, Jair Bolsonaro, desdeña el uso de máscaras y se opone a las medidas de aislamiento social que algunos estados tratan de aplicar, debido a su impacto económico.
“La lucha contra el covid-19 se perdió en 2020 y no hay la menor chance de revertir ese trágico escenario en el primer semestre de 2021”, afirmó a la AFP Jesem Orellana, epidemiólogo de Fiocruz/Amazonía.
“Lo máximo que podemos hacer es esperar el milagro de la vacunación de masa o un cambio radical en la gestión de la pandemia. Hoy Brasil es una amenaza para la humanidad y un laboratorio a cielo abierto, donde la impunidad en la gestión parece ser la regla”, agregó.
La semana pasada, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, urgió al país a adoptar medidas “agresivas” contra la pandemia.
“Si Brasil no se lo toma en serio, afectará a todos los vecinos y más allá, así que esto no solo trata de Brasil, creo que atañe a toda América Latina”, señaló.
La vacunación, por su lado, avanza lentamente: Brasil ha aplicado la primera dosis a 8,6 millones de personas (4,1% de la población), en tanto que 2,9 millones recibieron la segunda.
Las vacunas usadas son la CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, y la sueco-británica de Astrazeneca/Oxford.
El Ministerio de la Salud afirma estar negociando con otros laboratorios y habría reconocido que “la campaña nacional de vacunación corre riesgo de ser interrumpida por falta de dosis”, según una carta al embajador chino divulgada este martes por el portal de noticias G1.
En la misiva, la cartera pide a la misión china ayudar a negociar con el laboratorio Sinopharm la compra de 30 millones de dosis de su inmunizante.