Tildado de autoritario y populista por sus adversarios pero fortalecido por el partido que ayudó a crear, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, puede lograr el control del Parlamento y ganar la mayoría de municipios en las elecciones del domingo, y asegurarse el control del país.
Si las proyecciones de las encuestas se cumplen “habría una concentración de poder en el presidente de la República, ya que podría aprobar, reformar o derogar leyes a su conveniencia”, comentó el director de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad), Saúl Baños.
El partido Nuevas Ideas (NI), impulsado por Bukele, lidera las preferencias para los comicios según todas las encuestas. Actualmente, el Legislativo es controlado por los partidos de oposición Arena (derecha) y la exguerrilla FMLN (izquierda), que le hacen contrapeso.
Se puede “inferir” que Nuevas Ideas conseguirá 55 diputados, uno menos que la mayoría calificada, dijo el rector de la Universidad Centroamericana (UCA), Andreu Oliva, al presentar el 12 de febrero su última encuesta sobre esta elección.
Baños recordó que desde la firma de los acuerdos de paz en 1992 que terminaron con doce años de guerra civil, ningún partido ha obtenido la mayoría simple de 43 diputados en el Congreso unicameral de 84 escaños, por lo que para gobernar debió prevalecer el diálogo.
Independencia en riesgo
“Si el escenario electoral le es favorable (a Bukele), viene un cambio profundo en materia constitucional e institucional”, advierte Baños al referirse a que desde el año pasado una comisión presidida por el vicepresidente, Felix Ulloa, estudia una reforma a la Constitución.
No obstante, Ulloa ha descartado desde ya que en esas reformas se pretenda cambiar aspectos “pétreos” como la alternancia en la presidencia.
Si el mandatario logra el domingo la mayoría en la Asamblea Legislativa, según Baños, un “riesgo para el país”, sería que el mandatario podría nombrar como funcionarios a personas que “no ejerzan su labor de forma independiente”.
Para Baños, los casi ya dos años de gestión de Bukele se han caracterizado por algunas “acciones autoritarias” por lo que la “concentración de poder” podría ser utilizada para “tomar decisiones poco democráticas”.
El domingo, unos 5,4 millones de salvadoreños deberán elegir al nuevo Congreso, a 262 alcaldes del país y a una veintena de diputados del Parlamento Centroamericano (Parlacen), una institución dedicada a la integración regional.
Los funcionarios que resulten electos asumirán su mandato de tres años el 1 de mayo.
Responde a las necesidades
“El mejor aliado que tiene el gobierno (de Bukele) en este momento no es un partido político, es la misma gente”, comentó el analista político y profesor universitario Dagoberto Gutiérrez.
Conservador y con una gestión de corte populista, el presidente le ha puesto la puntería a los partidos tradicionales y los acusa de no haber hecho nada por el pueblo.
Bukele “está siendo muy hábil e inteligente pues está respondiendo a las necesidades de la gente, les está dando alimentos, les ha dado dinero, está dando otras ayudas que nunca nadie le dio a su pueblo y ese es su potencial”, resume Gutiérrez.
Por la pandemia covid-19, Bukele desde abril pasado entregó un bono de 300 dólares a familias necesitadas y luego repartió alimentos entre los ciudadanos.
Aunque, si Bukele logra mayoría, “eso no significa que el pueblo está dando un cheque en blanco, no, al contrario, está obligando al gobierno a cumplir lo que ha prometido”, considera el analista.
Entre las promesas que Bukele debe cumplir, según Gutiérrez, está la de generar empleo y buscar una mejora de la economía.
Bukele llegó al poder hace casi dos años, y aún le restan tres de mandato. Pero será recién a partir del 1 de mayo, cuando asuma el nuevo parlamento, que comenzará a gobernar porque, según Gutiérrez, los partidos de oposición no se lo han permitido “le han dificultado todo y eso les ha pasado factura”.
Democracia o autoritarismo
El presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce, quien busca su reelección como diputado, advirtió que el país solo tiene dos rutas: “el camino de la democracia y la libertad y el camino del autoritarismo donde se restringen libertades y se atropellan derechos individuales y colectivos de todo tipo”.
Si los salvadoreños quieren “vivir en democracia” deben renovar un balance del poder en el país y que históricamente se ha mantenido, lo cual ha obligado a los gobiernos a buscar alianzas para gobernar.
Ponce advirtió que el gobierno de Bukele se ha caracterizado por el “autoritarismo”, por lo que consideró necesario que “la gente salga a votar y mantenga “los contrapesos de la democracia” en el Congreso.