Al menos 6.400 civiles fueron ejecutados por militares en Colombia y presentados como caídos en combate, una cifra que triplica el número de víctimas estimado hasta el momento, reveló este jueves el tribunal que investiga los crímenes más atroces del conflicto interno.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) investigó el escándalo que involucra a fuerzas del Estado y encontró que “por lo menos 6.402 colombianas y colombianos fueron víctimas de muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate entre 2002 y 2008”, señaló el organismo en un comunicado.

Conocida en el argot militar como “falsos positivos”, esta práctica escabrosa arrastró a los militares hacia su mayor escándalo en las casi seis décadas de conflicto con las guerrillas izquierdistas.

Aunque el alto mando militar siempre ha negado que se tratara de una práctica sistemática, soldados rasos y oficiales declararon ante el tribunal de paz haber cometido “falsos positivos” para inflar sus resultados operacionales ante la presión de sus superiores.

Hasta el año pasado, la fiscalía sólo había reconocido 2.249 ejecuciones de civiles llevadas a cabo bajo esta modalidad entre 1988 y 2014, 59% de las cuales tuvieron lugar entre 2006 y 2008, durante el mandato del expresidente Álvaro Uribe (2002-10).

Según la JEP, la mayoría de crímenes ocurrieron en el departamento de Antioquia (noroeste), donde el ejército y paramilitares de ultraderecha combatieron a sangre y fuego a los rebeldes izquierdistas.

“La IV Brigada, con jurisdicción en la zona, podría ser la responsable del 73% de las muertes identificadas en el departamento entre los años 2000 y 2013”, precisó el tribunal.