El Movimiento al Socialismo (MAS) del presidente boliviano, Luis Arce, y del exmandatario Evo Morales libra una nueva batalla ante una oposición política disgregada a un mes de los comicios subnacionales del 7 de marzo (elecciones departamentales, regionales y municipales), en medio de la pandemia de la covid-19 y los decesos de algunos candidatos.

El MAS, presidido por Morales, se mantiene como un partido de masas con presencia en todas las regiones del país, aunque su principal fortaleza está en los sectores rurales, ciudades intermedias y áreas suburbanas.

En el otro lado está la oposición, separada en decenas de partidos residuales, alianzas y las llamadas agrupaciones ciudadanas o pequeños partidos provisionales sin una militancia estable que busca arrebatar una porción de poder local.

Una buena parte de estos últimos ha echado mano de figuras públicas, políticos reciclados, artistas, cantantes o periodistas para atesorar apoyo político con base en simpatías, imagen o popularidad más que por premisas ideológicas.

Comicios y pandemia

Esta elección subnacional es la segunda, junto a la general de octubre del año pasado, que se organiza en medio de la pandemia y la tercera trascendente en los últimos dieciocho meses tomando en cuenta los comicios fallidos de 2019.

Para el politólogo y docente de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz Franklin Pareja, estamos ante un “momento anodino” con candidatos, que por la pandemia y la segunda ola de contagios con alrededor de 2.000 casos y más de 50 muertes a diario , están “sumamente limitados” para hacer proselitismo.

Pareja manifestó a Efe que se trata de un tiempo “sumamente laxo”.

Para el analista político Marcelo Arequipa, todavía no se ha dado el salto a conocer las propuestas de los candidatos, que no se han manifestado en pleno sobre lo que la pandemia deja como sus mayores debilidades: la salud y la educación.

La segunda ola de la covid-19 que afecta al país desde finales del año pasado ha provocado el deceso de algunos candidatos y ha obligado a los partidos afectados buscar el reemplazo de esa plaza o, incluso, a apartarse de la competición política.

El MAS y sus opositores

El mapa político prácticamente repite el de los comicios subnacionales de 2015 con un MAS rural y suburbano y una oposición fragmentada asentada en las principales ciudades del país.

Arequipa dijo a Efe que algo común es que la oposición manifiesta una vez más su intención de “no querer expandirse” y mantenerse en los sitios en los que se siente fuerte y el MAS que, a diferencia de otros momentos, ha mostrado fracturas y falta de cohesión por fricciones internas.

Una prueba de esto último es que el partido gobernante ha perdido “la gran oportunidad” de acaparar la votación en El Alto, la segunda ciudad más poblada del país, al no incorporar a la expresidenta del Senado Eva Copa como su candidata, explica Pareja.

Ya fuera del MAS, Copa presenta una intención por sobre el 65 %, según las encuestas, en la ciudad considerada hasta hace poco uno de los principales bastiones políticos de ese partido.

Dentro del bosque político de la oposición están las figuras recicladas como la expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez, que ahora busca ser gobernadora del departamento de Beni, y el exlíder cívico Luis Fernando Camacho, que pugna por ese cargo en Santa Cruz tras una poco exitosa candidatura a la Presidencia del país.

Características de la elección

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) prácticamente ha descartado la suspensión de las elecciones pese a los pedidos de algunos candidatos y partidos bajo el argumento de la crisis sanitaria.

Parte de esa urgencia se debe a la ampliación del mandato que ya existió el año pasado para los niveles subnacionales y que posibilitó a estos mantenerse un año más ejerciendo funciones, en gran medida por la crisis político y social que afectó al país en 2019 y que supuso la convocatoria a una nueva elección general.

El ente electoral ha definido algunos criterios como la ampliación del horario de votación, habilitación de más recintos, la selección de jueces electorales de 18 a 50 años, entre otros, como medidas para administrar los comicios en la pandemia.

Se trata de medidas muy similares que se aplicaron en la elección presidencial pasada que, según reportó el TSE, no incidió en el ascenso de casos en aquel momento.

En los comicios locales se elegirán a nueve gobernadores, uno por departamento, unos 339 alcaldes de los que cinco se escogerán mediante los procedimientos propios de las poblaciones indígenas, junto a más de 270 legisladores departamentales y más de 2.000 concejales.

Sin tener en cuenta a los votantes en el exterior, estos comicios reunirán a 7,1 millones de electores.

Para el 11 de abril está prevista una eventual segunda vuelta aplicada únicamente para gobernadores en el caso de que los candidatos a ese cargo no logren alcanzar la mayoría absoluta.