Las autoridades migratorias mexicanas rescataron hace unas horas de las aguas del Río Bravo a una menor de dos años, quien había sido abandonada por migrantes adultos, según reza un comunicado de la Secretaría de Gobernación de México.
“Mientras atravesaban el cauce, por la zona conocida como La Cortina, las personas migrantes llamaron la atención de las autoridades mexicanas y señalaron hacia donde se encontraba la menor, quien intentaba mantenerse a flote en las aguas del río; de inmediato los elementos del INM (Instituto Nacional de Migración) se introdujeron al agua para brindarle los primeros auxilios”, reza la misiva oficial.
El esfuerzo de los elementos migratorios para salvar de la muerte a la menor de edad fue aprovechado por las mismas personas que alertaban de lo que estaba ocurriendo. Atravesaron territorio estadounidense, dejándola atrás, como si nada pasara. El rió Bravo es uno de los más feroces cauces que limita con el denominado sueño americano, en el norte del territorio mexicano.
La menor pudo ser rescatada a tiempo y al cambiarla de ropa, se encontró entre su vestimenta mojada un plástico que envolvía sus documentos; entre estos estaba un certificado de nacimiento expedido por Chile, en el que se confería la nacionalidad a la niña, en octubre de 2018.
Las autoridades migratoria mexicanas confirmaron además que en los datos del acta de nacimiento consta la vigencia de una tarjeta de visitante por Razones Humanitarias, en su calidad de solicitante de refugio, también vigente, según la información oficial.
La niña ya se encuentra bajo la asistencia del Estado mexicano de Coahuila, en una casa hogar autorizada, al ser acogida por una ley especial que entró en vigencia en enero pasado la cual garantiza los derechos de los migrantes menores de edad en casos como el de esta menor de nacionalidad chilena.
El historial de furia del río Bravo
La furia del caudal del rio Bravo se extiende, en su conexión con Estados Unidos, desde Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Precisamente es ese último punto en el que una trágica historia tuvo lugar en junio de 2019, cuando un padre y su hija de casi dos años, de nacionalidad salvadoreña, perdieron la vida intentando cruzar la feroz corriente del mencionado afluente.
Alberto Martínez de 25 años y Valeria, no corrieron con suerte pues a la hora de ser arrastrados por la corriente, no habían agentes federales fronterizos que los auxiliaran al momento del percance, que hizo noticia internacional debido a los riesgos que corren los migrantes centroamericanos a la hora de desafiar desiertos y ríos como el Bravo.
Una gráfica y dolorosa fotografía daba cuenta de la magnitud del riesgo y pérdidas humanas. Alberto intentó salvar a su hija, aferrándola a su polera. No pudo. El río estaba honrando su nombre y los arrastró sin posibilidad de que se salvaran.
La menor de edad de nacionalidad chilena que recientemente fue ubicada por agentes migratorios mexicanos, es parte de una historia distinta. La ayuda a tiempo evitó que fuera víctima de una tragedia de la que ni siquiera está consciente haber enfrentado.
Por el momento se indaga quienes son los responsables de haberla abandonado a su suerte, la cual estuvo a su favor y por la intervención de autoridades que se la arrebataron al caudal, antes que este cobrara una nueva víctima.