Pocas veces se puede contar un relato como este. Reúne todos los tintes: crueldad, maldad, abuso en extremo y lo que le sigue.
La madre de la víctima no tiene consuelo al ver el estado actual de su hija. Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, convirtiendo en oscura tragedia lo que se supone era una fiesta rosa.
Ocurrió en Rosario, la provincia famosa por exportar a Lionel Messi, pero también por sacar de sus 178.7 km² historias tan desafortunadas como este abuso sexual a Milagros.
Su madre preguntó dónde estaba, al perderla de vista de su modesta pero significativa celebración.
Nadie la ubicaba y la mujer supo que algo andaba mal, según el relato de medios locales como TN. Todos se percataron de lo mismo y dejaron de lado el jolgorio para transformarlo en una preocupada búsqueda en medio de la noche, de la nada, pero de todo un presentimiento.
Cuando llevaban dos horas de rastreo, al que ya se había integrado casi todo el barrio, la avistaron deambulando, de regreso pero sin retorno. La describieron abstraída y sangrando. Era la prueba visible de que algo terrible le había pasado. Momentos después, con dificultad, aseguró que al menos 10 hombres la habían violado.
Cuando su madre supo la atrocidad que vivió Milagros, producto del ataque sexual de una manada, ató cabos. Antes de eso, su hija se desvaneció, no sin antes entregar datos para lograr atraparlos.
Una manada en Rosario con un vecino por cabecilla
Milagros estaba muy débil cuando logró caminar a su casa, después del bestial ataque. Entregó nombres. Uno de ellos, un vecino cercano a quienes algunas personas entrevistadas la vinculan en una relación sentimental pasada. Su familia lo niega tajantemente.
“Estábamos festejando su cumpleaños con familiares y amigos; y él (el vecino) le puso algo en la bebida y la sacó de mi casa”. Es el relato de Jésica, la madre de la adolescente, quien ha estado dando declaraciones a los medios rosarinos, entre estos LT8, en medio del momento tan trágico.
“Él no estaba invitado, ni era su novio. Nada”, deja en claro la contrariada mujer, quien también apunta hacia otra madre: la del agresor, que no habría hecho nada para detenerlo, junto al resto de la manada.
Y es que Milagros, recuperó la conciencia, relatando a su progenitora lo ocurrido. Que estaban “en una casa, al lado de él; y que la madre entró y le dijo que ahora iría preso. La madre es cómplice del hijo, los dos son una basura; ella me la llevó hasta (calles) Einstein y Solís y dijo que la había encontrado; cuando ella la sacó de su casa. Hicieron desaparecer el celular. No voy a parar hasta que se haga justicia”, aseguró Jésica, quien confirmó que el sujeto ya está guardando prisión por lo ocurrido.
La madre del acusado, además de no detenerlo, no solo habría guardado silencio, sino que dejó salir a la menor como si nada hubiese pasado, pese a su deplorable estado.
“Cuando yo la encontré estaba drogada, no sabia ni dónde estaba, toda ensangrentada por la hemorragia; la destruyeron”, relató entre lágrimas la mujer que vio a su hija casi muerta por el ataque. “Si no la llevaba al hospital se moría en mis brazos mi hija, de todas las cosas que le hicieron”.
Una operación de emergencia y dos transfusiones de sangre
Milagros ahora honra su nombre ya que está viva en su fiel representación.
Sin embargo, no todo está asociado a lo divino. En el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, un equipo médico entró en acción para salvarla, tras ser llevada por su madre, desangrada e inconsciente.
El médico Jorge Kilstenin, a cargo del procedimiento, confirmó la brutalidad del ataque sexual contra la niña.
Fue “intervenida quirúrgicamente de urgencia por lesiones genitales considerables. Es evidente que hubo una situación de violencia sexual”, declaró tiempo después.
El pasado 14 de diciembre, la joven aún permanecía internada en el referido hospital. El personal hospitalario que está viendo su caso, estableció la urgencia de contenerla psicológicamente, ahora que lograron estabilizarla en lo físico.
“El alta médica dependerá de la evolución no sólo física sino psíquica”, aseguró el médico, jefe del grupo.
No obstante, desde el ministerio público realizaron preocupantes aseveraciones, al asegurar que no hay pruebas de la participación de otras personas en la violación de Milagros. Lo único certero, a su juicio, es la vinculación del vecino.
Asimismo, entre las declaraciones, sorprendió el hecho de que se cuestione que la madre perdió de vista a su hija en la fiesta.
“Ayer tuvimos contacto con la madre de la menor. La entrevistaremos para que nos aporte más datos de cómo fue el hecho. Hay un blanco en lo que pasó. No estaría claro cómo es que la chica se va de la órbita de custodia de la mamá”, aseguró un fiscal del caso, identificado como González Raggio.
Medios como Clarín publicaron sobre el tema, asegurando, según sus fuentes que el resto de participantes serían menores de edad. De ahí el hermetismo de las autoridades locales.
Hasta el jueves se llevaban a cabo incidentes afuera de la comisaría de San Pedro, en la que estaba detenido el acusado de violar a la niña.
No obstante, detrás del hecho está toda una comunidad exigiendo justicia, amén de un país, cuya sociedad a nivel nacional se mostró estremecida por el nivel de barbarie con el que fue atacada la menor y en cuyos exámenes médicos ha quedado constatada, aunque no tan gravemente como en su memoria, en un día que se supone era de felicidad, porque era su fiesta rosa.