En México, la pandemia del coronavirus está repuntando después de una ligera pausa.
A diferencia de lo que ocurre en Europa, la primera oleada del virus nunca ha retrocedido y varios estados del país informan un aumento de los contagios y de las internaciones. En los hospitales, profesionales de la salud están exhaustos y sin embargo se preparan para una nueva situación de crisis.
El Dr. Francisco Espinosa es inmunólogo, pero durante los últimos nueve meses ha estado tratando principalmente a pacientes con Covid-19 en su consultorio en un hospital privado de la Ciudad de México.
“Veo entre cuatro y ocho pacientes de Covid-19 todos los días y me cuesta encontrar espacio para los que necesitan ser hospitalizados, incluso cuando tienen una buena cobertura de salud. Todos los grandes hospitales están nuevamente saturados. Pero en las calles se puede ver que la gente, agotada por la pandemia, está bajando la guardia. Vemos menos mascarillas, el tráfico en la carretera es tan denso como antes”, retrata.
Las políticas públicas de las últimas décadas han debilitado mucho el sistema hospitalario mexicano. Si, además, la población se desmoviliza, la lucha del personal de la salud será más difícil que nunca, advierte Damaris Navarro, médico de una unidad de Covid-19.
“No sólo estoy decepcionado con el gobierno. Debería protegernos mejor, y debería haber más trabajadores en el área de salud. Pero también estoy enfadado con la gente que parece indiferente a nuestro sacrificio. Si la gente hiciera su parte del esfuerzo, habría menos pacientes en los hospitales y nuestro agotamiento no sería tan grande”, critica.
El personal sanitario paga un alto precio por su compromiso: cerca de 2.000 han perdido la vida a causa del Covid-19 en México, el mayor número de muertes en el mundo.
Hasta el domingo, México acumulaba 1.041.875 contagios y 101.676 fallecidos por el nuevo coronavirus.