El 15 de septiembre de 1970 durante una reunión de 20 minutos el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, dio la orden de impedir que el mandatario socialista electo de Chile, Salvador Allende, asumiera el poder, según documentos publicados este martes por el centro National Security Archive.
“La Opción Extrema: derrocar a Allende” lleva por título este conjunto de informes desclasificados y que son el anexo de un estudio de seguridad nacional que analizaba los supuestos, las ventajas y las desventajas de un golpe militar en Chile. A ellos se puede acceder mediante el sitio web de la Secretaría de Estado de los EEUU.
Esa “hoja de ruta”, que terminó con el golpe de estado el 11 de septiembre de 1973, fue completada a mediados de agosto de 1970, es decir antes del triunfo electoral de Allende.
El expediente incluye memorandos de los funcionarios involucrados. “Sin importar (los) riesgos que implique”, anotó tras reunirse con Nixon el 15 de septiembre el entonces director de la CIA, Richard Helms. Y también apuntó: “Trabajo a tiempo completo, con los mejores hombres que tenemos” y “hacer gritar a la economía” de Chile.
“El críptico memorándum de Helms sobre la conversación con Nixon sigue siendo el único registro de que un presidente estadounidense ordenara un golpe encubierto para derrotar a un líder electo”, dijo ese centro de investigación con sede en Washington
Los documentos seleccionados previos a la reunión trazan la “génesis de esta directiva presidencial”.
“Estos documentos trazan una hoja de ruta sobre el golpe planeado por Estados Unidos”, destacó Peter Kornbluh, que dirige el proyecto de documentación sobre Chile y es autor del libro “Pinochet: los archivos secretos”.
El investigador indicó que la reunión del 15 de septiembre en el Despacho Oval marca “el primer paso mayor para socavar la democracia en Chile y apoyar el advenimiento de una dictadura militar”.
Oposición en el Departamento de Estado
Tras la elección de Allende, el 4 de septiembre de 1970, Estados Unidos se debatió entre dos escenarios. Uno era “la fórmula Frei”, que contaba con que el expresidente de Chile, Eduardo Frei “manejara el golpe”.
Esta opción fue desechada ya que la embajada y la CIA concluyeron que no podían contar con Frei.
La alternativa, era la “fórmula del caos” para crear un “clima de golpe” y dar al ejército el pretexto para tomarse el poder, según el National Security Archives.
“Una cantidad significativa de agentes de la CIA, personal de la embajada y del Departamento de Estado” se opusieron a los planes, destacó el National Security Archive.
Los funcionarios catalogaron el plan como “poco realista, propenso al fracaso y peligroso desde el punto de vista diplomático y señalaron que los riesgos de exposición superaban las potenciales ganancias para los intereses de Estados Unidos”.
La división para América Latina del Departamento de Estado se opuso formalmente a derrocar a Allende afirmando que la “exposición a un golpe infructuoso implicaría un costo prohibitivamente alto para las relaciones con Chile, con el Hemisferio y el resto del mundo”.
Incluso los propios asesores del consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Henry Kissinger, le expresaron reticencia.
El embajador en Santiago, Edward Korry, advirtió que estaba “convencido” de que podían provocar un golpe y que no se debía correr el riesgo de tener “otra Bahía de Cochinos”, en relación a la fallida invasión a Cuba.
“Lo que proponemos es una violación patente de nuestros propios principios”, señaló el adjunto de Kissinger, Viron Vaky.
Kornbluh indicó a la Agence France-Presse que “estos documentos proporcionan un rastro de papel acumulativo que expone una de las operaciones más vergonzosas y desacreditadas de los anales de la política exterior estadounidense, la promoción de un golpe de estado preventivo en Chile”.
“Estos documentos son un claro y doloroso recordatorio de que intentar un cambio de régimen es un objetivo ilegítimo, costoso y contraproductivo”, concluyó Kornbluh.
El derrocamiento de Allende, quien murió asediado en un palacio de La Moneda en llamas tras los bombardeos de la fuerza área el día del golpe de Estado, dio paso a 17 años de dictadura de Augusto Pinochet, que se saldó con más de 3.200 muertos y desaparecidos.