Ayer martes, y tras casi 6 años de investigación, fue anunciado el hallazgo de los restos humanos de Christian Rodríguez, uno de los 43 estudiantes normalistas desaparecido en septiembre del 2014 en Ayotzinapa, del Estado mexicano de Guerrero.

Se trata del tercero de los desaparecidos en ser identificado, pero el primero en derribar oficialmente la “verdad histórica” promovida por la administración del anterior presidente de México, Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuya popularidad se fue a pique tras el trágico crimen.

Rodríguez fue identificado a partir de una de seis piezas óseas encontradas en el municipio de Cocula, enviadas este año por la Fiscalía al Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck.

Hasta el momento, la “verdad histórica” aseguraba que los estudiantes de la escuela de maestros rurales fueron detenidos la noche del 26 de septiembre por policías del municipio de Iguala, quienes los entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos, uno de los carteles más poderosos de la zona.

Tras esto, los estudiantes que se disponían a trasladarse en una docena de buses hacia la capital de Guerrero, Chilpancingo, para la protesta, habrían sido asesinados supuestamente por sospechar que eran miembros de un cartel rival, y sus restos incinerados. Finalmente, los criminales habrían tirado sus restos a un río de la zona.

Esta versión fue cuestionada por una investigación independiente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mientras que las familias acusaron que con la supuesta incineración se intentaba dar por cerrado el caso.

A 800 metros

El vuelco en la investigación radica principalmente en dónde se efectuó el hallazgo. Contrario a la versión oficial de la administración anterior, los restos de Rodríguez fueron encontrados en una barranca llamada La Carnicería, a 800 metros del río de Cocula, un lugar descartado por la investigación anterior.

En ese entonces, el lugar fue estudiado por la ahora extinta Procuradoría General de la República (PGR), en investigaciones encabezadas por el jefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, quien ahora es prófugo de la justicia.

“La verdad histórica se acabó y, enfatizo, el caso sigue abierto”, remarcó el fiscal Gómez, quien aseguró que los familiares de Rodríguez Telumbre fueron informados de forma privada hace días.

“Hemos roto el pacto de impunidad y de silencio que rodeaba” el suceso, sostuvo Gómez quien reconoció el “invaluable trabajo de apoyo” del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

A su vez, el EAAF acotó en un comunicado que “apoyamos los resultados enviados desde la Universidad de Innsbruck. Estos resultados son extremadamente dolorosos para los familiares del joven y para las familias de los otros estudiantes. Esperemos que éstas nuevas investigaciones continúen un proceso de verdad”.

El equipo recordó que, durante sus pesquizas, nunca encontró “evidencia física para sostener la incineración de 43 cuerpos en el basurero de Cocula”.

Tres víctimas identificadas, sobre 140 detenidos, más de 50 liberados

Las investigaciones fueron iniciadas en 2014 por el fiscal designado por Peña Nieto, pero tras la llegada del izquierdista Andrés Manuel López Obrador a la presidencia y la entrada en funciones de un nuevo fiscal, se prometió renovar la investigación.

Previo al hallazgo de Rodríguez, según detalla Infobae, fueron encontrados los restos de Alexander Mora Venancio el 7 de diciembre de 2014 en el basurero de Cocula, lo que fue confirmado por el EAAF. Posteriormente, el 16 de septiembre de 2015, se anunció el hallazgo de los restos de Joshivani Guerrero de la Cruz, pero en esta ocasión el anuncio no tuvo el respaldo del EAAF.

En ambos casos, la PGR indicó que las identidades fueron confirmadas a partir de restos encontrados en una bolsa el 29 de octubre de 2014 en el río San Juan.

Más de 140 personas han sido detenidas por el crimen, pero al menos 53 han sido ya liberados, incluyendo a algunos clave. Habría sido uno de dichos detenidos, Agustín García Reyes, Alias “El Chereje”, quien confesó la historia usada por la administración pasada para basar su versión oficial.

El último detenido

La justicia mexicana ha sido señalada por irregularidades en el caso. El miércoles pasado, reportó la Agence France-Presse, se detuvo a un hombre vinculado con la desaparición de los estudiantes, identificado como Ángel Casarrubias, alias “el Mochomo”, buscado desde 2014 por una acusación de crimen organizado.

“El Mochomo” es hermano de Sidronio, Mario y Adán, presuntos líderes del cartel Guerreros Unidos, capturados meses después de la desaparición de los estudiantes; pero fue liberado y nuevamente detenido por otra acusación de delincuencia organizada.

Las autoridades investigan al juzgado que determinó la excarcelación tras denuncias de que la familia del detenido incurrió en soborno.