Un tribunal ecuatoriano condenó al expresidente Rafael Correa a ocho años de prisión por un caso de corrupción, en un procedimiento en ausencia del exmandatario, quien reside en Bélgica y acusa una persecución política en su contra.

El exmandatario, radicado en Bélgica, fue sentenciado a “8 años de pena privativa de la libertad” junto a otras 17 personas por el delito de cohecho, señaló el órgano acusador en Twitter.

Correa fue sentenciado en el marco del denominado caso sobornos, que acusa al exmandatario de liderar una red de corrupción, que ofrecía licitaciones públicas a cambio de financiamiento al movimiento Revolución Ciudadana.

Según la fiscalía, los empresarios implicados en el caso habrían pagado a funcionarios públicos alrededor de siete millones de dólares en sobornos para conseguir contratos, en un caso donde no se investigó a la empresa Odebrecht, pese a que la firma aparecía mencionada en la investigación periodística del portal La Fuente que dio origen al caso.

Correa acusó persecución una vez conocida la sentencia, que además le prohíbe ejercer sus derechos políticos por los próximos 25 años.

“Bueno, esto era lo que buscaban: manejando la justicia lograr lo que nunca pudieron en las urnas”, tuiteó Correa una vez conocida la sentencia.

Correa fue vinculado al caso por un depósito de 6.000 dólares que una persona que trabajaba con su exasesora hizo en su cuenta personal. El exgobernante alega que se trataba de dinero de un préstamo.

Este es el segundo juicio que enfrenta Correa.
El otro corresponde al presunto secuestro de un opositor en 2012. Sin embargo, ese proceso está suspendido pues la justicia requiere la presencia del exmandatario para juzgarlo.

Correa es considerado un prófugo de la justicia ecuatoriana y enfrenta órdenes de prisión por ambos casos