Desde EE.UU. hasta Brasil, en América hay muchos países cuyos jefes de Gobierno ignoran las reglas básicas de higiene, dejan a sus pueblos en la estacada o dan por concluida la crisis del Covid-19 antes de tiempo.
Los populistas están en el poder en muchos países de América del norte y del sur. Los partidos de oposición y los expertos en salud han reaccionado desde el estupor hasta el horror ante las medidas que los jefes de Gobierno han tomado (o no) en la crisis del coronavirus.
Al respecto, el medio alemán Deutsche Welle recopiló y detalló cinco ejemplos:
Estados Unidos: Donald Trump
Trump causó hace poco preocupación cuando declaró que Estados Unidos debería volver a la vida pública normal en Semana Santa.
“Si el presidente lleva a cabo su afirmación y reinicia la economía a partir de Semana Santa, morirán muchas personas”, dice el profesor Ron Waldman, experto en política sanitaria internacional en la universidad George Washington. Pero Trump ve su reelección en peligro.
En la crisis del coronavirus, el número de personas desempleadas ha crecido de forma astronómica. El Dow Jones ha caído a niveles anteriores a la toma de posesión de Trump. El virus ha hecho perder todas las ganancias. Para un presidente que quiere hacer campaña recurriendo a la fortaleza económica del país, eso es una catástrofe.
Por eso, y contra las recomendaciones de los expertos en salud, Trump quiere imponer una fecha límite a las restricciones.
México: Andrés Manuel López Obrador
También en el vecino del sur de Estados Unidos, México, el presidente está atento a la economía.
El pasado domingo, AMLO exhortó a los mexicanos: “Sigamos viviendo nuestra vida normal”. Según él, la gente debe seguir yendo a comer a los restaurantes para que los perjuicios económicos sean pocos.
El 26 de marzo de 2020, México apenas tenía 500 casos confirmados de positivos por coronavirus, aunque hay muchos más sospechosos. Pero AMLO sigue asistiendo a eventos en los que besa y abraza a sus seguidores. “El comportamiento de López Obrador en el marco de la crisis del coronavirus es un ejemplo muy peligroso, que amenaza la salud de los mexicanos”, dice José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch en el continente americano.
Brasil: Jair Bolsonaro
En un discurso televisado, Bolsonaro criticó las medidas que la segunda gran ciudad de Brasil, Río de Janeiro, ha tomado para atajar el virus. Según él, la cuarentena perjudica la economía y el virus “pasará pronto”.
En el pasado, Bolsonaro calificó el coronavirus como un truco de los medios. El mandatario argumentó que la vida debe continuar y los empleos deben ser conservados.
“El 90 por ciento no tendremos síntomas cuando nos contagiemos”, aseguró Bolsonaro.
Muchos brasileños especulan con la posibilidad de que el presidente lleve en secreto una infección por coronavirus. El hospital militar en el que se le realizó la prueba a Bolsonaro publicó una lista con resultados positivos, pero ocultó dos nombres por “confidencialidad”.
El 26 de marzo había en Brasil 2.200 positivos por coronavirus.
Venezuela: Nicolás Maduro
El jueves 26 de marzo de 2020, Nicolás Maduro fue juzgado por tribunales estadounidenses por lavado de dinero y tráfico de drogas. Se ofrece recompensa millonaria por su captura.
En su propio país, Maduro sigue siendo la autoridad y lleva su régimen con mano de acero. Los periodistas y activistas que cuestionan si el sistema de salud no colapsará con el brote de coronavirus son calificados públicamente por el régimen como criminales.
Un político de la oposición que escribió en Twitter que un hospital supuestamente bien preparado no tiene agua corriente fue arrestado, según informa la agencia de noticias Reuters. Los críticos del Gobierno dicen que la crisis del coronavirus supone para Maduro una nueva excusa para perseguir a los opositores.
Nicaragua: Daniel Ortega
“Se como Ortega” se dice en Nicaragua. El consejo de comportarse como el presidente Daniel Ortega se ha vuelto viral en las redes sociales del país centroamericano. “Ortega no va a manifestaciones ni a reuniones. Ortega no manda a sus nietos a la escuela. Nada hace a Ortega salir de su casa. Ortega quiere vivir. Se listo, se como Ortega”.
Pero los nicaragüenses se quejan también de que, desde mediados de febrero, no han sabido nada de su presidente. Hasta ahora solo se han hecho públicos dos casos de COVID-19. Pero los expertos temen que el sistema de salud del empobrecido país acabe sobresaturado si se da un brote a gran escala y critican que aún no se haya implementado ningún tipo de órdenes de restricción de la vida pública.
“El Gobierno de Ortega es imprudente e irresponsable. Pone en peligro la vida de las personas en Nicaragua”, dijo a periodistas Dora María Téllez, que en la década de los 80 fue ministra de Sanidad del país.