Unos 10.000 peruanos marcharon este viernes en Lima en defensa de las corridas de toros y peleas de gallo, actividades centenarias cuya continuidad será decidida por el Tribunal Constitucional tras un recurso presentado por animalistas para prohibirlas.

“Unidos por una afición, cultura y tradición”, decía una pancarta levantada por los manifestantes convocados por la Unión de Galleros del Perú, quienes se congregaron en la Plaza San Martín y marcharon por avenidas del centro de la capital peruana.

“No a la prohibición de las peleas de gallos”, rezaba otra pancarta de criadores de gallos de la ciudad sureña de Cañete.

Las corridas de toros y las peleas de gallos son costumbres muy arraigadas en la población peruana desde la colonia, pero son rechazadas severamente por asociaciones de protección a los animales, que exigen su prohibición.

El martes venidero, el Tribunal Constitucional tiene programada una sesión para pronunciarse sobre una demanda de inconstitucionalidad contra una norma que exceptúa a las corridas de toros y peleas de gallos de la aplicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal.

La ley fue aprobada el 22 de mayo de 2000 para proteger a los animales domésticos y a los animales silvestres mantenidos en cautiverio, pero excluyó a los toros y gallos por considerar que “son parte de espectáculos culturales” en el país.

La demanda de inconstitucionalidad fue presentada en octubre de 2018 por María Eguiluz, en representación de 5.286 ciudadanos “para acabar con todo tipo de espectáculo cruel con animales”.

El pedido también busca evitar también el uso de caballos en este tipo de espectáculos, a los cuales denomina como “víctimas invisibles” del maltrato animal.

Las corridas de toros, una tradición llegada de España a Perú, culminan con la muerte del animal. Lo mismo ocurre con las peleas de gallos, en las que a veces mueren ambos combatientes.

Sin embargo, los criaderos de gallos de pelea y de toros de lidia defienden su actividad y han advertido que una prohibición perjudicaría a unos 400.000 peruanos que viven de la crianza de estos animales.

Las corridas de toro y peleas de gallos son legales en algunos países de América Latina, pero están proscritas en otros como el vecino Chile, donde fueron prohibidas tras la declaración de independencia en 1818.