Una nueva crisis política se registra en El Salvador, luego que el presidente Nayib Bukele permitiera el ingreso de militares y policías a la sede del Congreso, luego que diputados rechazaran aprobar una solicitud de préstamo para financiar el programa de seguridad del Ejecutivo.
En un gesto lleno de polémica, Bukele ingresó el Congreso, donde realizó una oración y declaró que las decisiones que se tomen de aquí en adelante estarán en “manos de Dios”.
“La decisión que vamos a tomar ahora la vamos a poner en manos de Dios. Vamos hacer una oración”, dijo.
Luego salió del recinto y se dirigió a sus seguidores afuera del Congreso, a quienes aseguró que durante su oración Dios le dijo que tuviera “paciencia” con los legisladores, dando una semana de plazo para que aprueben un préstamo que permitiría financiar su programa de seguridad.
“Les pido paciencia, si estos sinvergüenzas (los diputados) no aprueban esta semana el Plan Control Territorial los volvemos a convocar el domingo (que viene)”, anunció.
Plan de seguridad
Bukele ha alcanzado altos índices de popularidad en gran parte por su política de seguridad, que ha propiciado una reducción en la percepción de la criminalidad.
Debido a esto, busca aprobar un préstamo de 109 millones de dólares concedido por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que será usado para equipar a la policía y el ejército.
El crédito es clave para avanzar en el plan del gobierno contra las temidas pandillas, responsables de gran parte de la violencia en El Salvador, uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con un promedio anual de 35,6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2019.
Las pandillas son responsables de gran parte de la violencia en El Salvador, uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con un promedio anual de 35,6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2019.
“Solo fue un acto de presencia”
En entrevista con diario El País, Bukele trató de explicar la situación en El Salvador durante las últimas horas, intentado bajarle el perfil a la presencia de militares en el Congreso y justificando que no hubo episodios de violencia durante el actuar de sus seguidores.
“Alguien que no conoce El Salvador ve la foto de los militares en el Congreso y dice: ¡Qué barbaridad¡. Pero, qué es más grave, una foto de unos militares donde no se agredió a nadie, no hubo heridos, ni disparos, o saber que hubo diputados que negociaron con pandilleros. Lo de los militares solo fue un acto de presencia. Fijarse en eso es estar enfocándose en lo superficial”, expresó.
El mandatario afirmó que pudo haber tomado el control de todos los poderes, debido al amplio apoyo popular con el que cuenta (según él sobre el 90%), pero que no lo hizo. También declaró que se trataba del enojo del pueblo y que la presencia de militares era sólo una “fotografía”.
“Si yo fuera un dictador o alguien que no respeta la democracia, ahora hubiera tomado el control de todo. Según las encuestas, el 90% del pueblo nos apoya. También lo hacen las Fuerzas Armadas y la policía. El pueblo se enojó cuando pedí calma, pero si hubiera querido hubiera tomado el control de todo el Gobierno esta noche. Si alguien prefiere enfocarse en una fotografía, está en su derecho, pero hay que ver todo lo que está pasando”, sostuvo.