El nuevo coronavirus aún no ha llegado a América Latina, pero la crisis sanitaria china ya se vislumbra como otro escollo económico para la región.
Con decenas de millones de personas confinadas en sus casas, varias provincias industriales paralizadas y severas restricciones al transporte, la demanda de China tenderá a disminuir y eso impactará en el comercio exterior, señalaron analistas y organismos internacionales.
Para América Latina, que viene creciendo menos desde hace cinco años y se estancó en 2019, la crisis china se suma a los retos de la reactivación económica de países altamente dependientes de las compras o inversiones de Pekín.
China es el mayor socio comercial de Chile, Perú, Brasil y Uruguay y uno de los principales para otros países, entre ellos Argentina.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya incluye la epidemia entre los retos que se insinúan en el horizonte de las economías latinoamericanas.
“Algunos riesgos nuevos han aparecido, incluyendo la potencial propagación global del coronavirus”, escribió el 29 de enero Alejandro Werner, director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI en el blog de la entidad.
La epidemia “podría afectar significativamente la actividad económica mundial, el comercio y el transporte”, advirtió Werner en un análisis de las perspectivas de la región.
Antes del surgimiento del nuevo coronavirus, el FMI había estimado en enero que América Latina crecería 1,6% en 2020.
Cobre y frutas
Chile y Perú, países altamente dependientes de sus ventas de cobre, ya sufren porque desde que se disparó la epidemia en la tercera semana de enero el precio del metal perdió un 10%.
“De seguirse desarrollando negativamente el coronavirus, pronto veríamos una disminución de las inversiones en el Perú, una menor demanda de productos y servicios y podríamos crecer menos que en 2019 [se estima 2,2%] lo que ya estaría rozando con una recesión”, advirtió el analista económico Ricardo Valcárcel en el diario limeño Gestión.
China recibe anualmente el 26% de las exportaciones de Perú y el 65% de toda la producción de cobre peruano tiene como destino el gigante asiático.
Chile, mayor productor mundial del metal rojo, está pendiente de la normalización del transporte internacional pero asegura que por el momento los envíos no han tenido complicaciones.
“Respecto a los embarques de cobre a China no hemos advertido alteraciones a las operaciones comerciales”, dijo la Comisión Chilena del Cobre.
Pero China, que recibe algo más del 30% de las exportaciones chilenas, sí está generando problemas en otros rubros de producción del país sudamericano.
Sus envíos de frutas como cerezas, nectarinas y arándanos están varados debido a que Pekín extendió hasta la semana entrante las vacaciones del Año Nuevo Lunar y los puertos están sin operar.
Jorge O’Ryan, director del orgamismo de fomento del comercio Prochile, dijo que la extensión del feriado en China y el confinamiento de millones de personas hizo caer la venta de alimentos.
“También hay una disminución en el consumo de productos considerados ‘de lujo’, como el vino y frutas empaquetadas para regalo”, añadió.
Insumos y carne
En Brasil, las empresas se están preparando para una posible falta de componentes para bienes industriales debido al impacto de la crisis sanitaria china en las cadenas de abastecimiento de productos electrónicos.
Ante la eventual falta de insumos chinos, varias empresas brasileñas están considerando reducir su ritmo de producción, según medios de prensa.
China es el principal cliente y proveedor de la mayor economía latinoamericana. El año pasado fue el destino del 28% de las exportaciones brasileñas y a la vez casi el 20% de lo que Brasil importó llegó de China.
Argentina, en tanto, tiene a China como un gran cliente de su producción agrícola pero hasta el momento no parece haber sido impactada. El año pasado, China compró el 70% de la de carne vacuna argentina; algo más de 400.000 toneladas. Esa cantidad supera en 50% las ventas del año anterior.
Ernesto Fernández, director de la cámara de comercio Argentino-China, dijo que no se advierte una merma de las exportaciones pero indicó que podrían surgir complicaciones logísticas.
“El problema puede ser cuando los barcos lleguen a China, que haya personal para descargar”, dijo Fernández y agregó que ninguno de los puertos de destino está cerca de la zona de mayor propagación del coronavirus.