La Unión Europea (UE) llamó a bajar la tensión tras la “inamistosa” decisión del gobierno interino de Bolivia de expulsar a diplomáticos españoles por una polémica visita a la embajada de México, mientras La Paz exigió nuevamente a los países respeto a su soberanía.
“La expulsión de funcionarios diplomáticos es una medida extrema e inamistosa que debe reservarse a situaciones de gravedad”, dijo la delegación de la UE en La Paz, para luego invocar el cumplimiento de las normas diplomáticas internacionales “para reducir la tensión” surgida.
Tras una reunión de embajadores europeos en La Paz, la UE expresó “su profunda preocupación por la escalada de tensión diplomática que se ha saldado con la declaración de persona non grata de la encargada de negocios y del encargado de la sección consular de la Embajada de España, medida que rechaza”.
Bolivia expulsó el lunes a la encargada de negocios, Cristina Borreguero, al cónsul, Álvaro Fernández, y a un grupo de personal de seguridad que, según La Paz, habría llegado al lugar “encapuchado y presumiblemente armado”.
La medida también alcanzó a la embajadora de México, María Teresa Mercado, quien dejó el país este martes, mientras el gobierno español aún no informó qué sucederá con su personal, que tiene plazo hasta el jueves para salir de Bolivia.
En la residencia mexicana se encuentran de nueve a diez colaboradores de Evo Morales desde que el mandatario fue forzado a dimitir el 10 de noviembre en medio de una convulsión social desatada por los resultados de las elecciones de octubre, que una auditoría de la Organización de Estados Americanos declaró fraudulentas.
En el grupo está el exministro Juan Ramón Quintana, brazo derecho de Morales desde que llegó al poder en 2006 y sobre quien pesa orden de captura bajo el cargo “sedición y terrorismo”. Todos los asilados están investigados por los mismos delitos, mientras La Paz les niega salvoconductos para salir del país.
De acuerdo con el gobierno interino de Jeanine Áñez, la visita de los españoles a la residencia mexicana tenía el fin de evacuar a Quintana. España negó rotundamente un plan para facilitar esa salida y aseguró que la visita fue “de cortesía”.
Tras la expulsión de sus representantes, Madrid también echó a tres diplomáticos bolivianos, con el mismo tiempo de plazo para dejar su suelo.
Bolivia pide respeto
En medio de las críticas a Bolivia, el ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, demandó a los países que respeten su soberanía, pues considera que la actitud de los funcionarios españoles y mexicanos viola normas de la diplomacia internacional, como la Convención de Viena.
“Vamos a buscar siempre buenas relaciones con países hermanos como España y México, pero no compartimos la defensa a quienes tienen procesos ante la justicia”, dijo la autoridad.
Acotó que “así como nosotros respetamos a otros países, queremos que respeten la soberanía de Bolivia”.
La presidenta de derecha Áñez dijo el lunes, cuando comunicó la expulsión de los diplomáticos, que Bolivia “ya no es colonia de nadie”.
En las afueras de la embajada de México, en un barrio exclusivo en el sur de La Paz, persiste la vigilancia policial que revisa los vehículos que ingresan al condominio privado, constató la AFP.
También un grupo de activistas civiles se dedican a la tarea de revisar a los automotores, pues teme que se pueda producir en algún momento la fuga de los refugiados. Han instalado carpas de lona y plástico y dicen que van a permanecer en el lugar las 24 horas.
“Sin incidentes”
Mercado, embajadora de México, dejó este martes Bolivia, comunicó temprano el jefe de la policía boliviana, Antonio Montero, quien dijo que “no se ha registrado ningún incidente” durante su salida, pues se temía algún conflicto con los vecinos en las afueras de la residencia.
Mercado dijo antes de salir, desde su cuenta personal en Twitter, que estaba “orgullosa de servir” a su país “y de sus principios y tradición de asilo”. La embajadora también agradeció las palabras del canciller mexicano Marcelo Ebrard, que valoró su trabajo al mando de la delegación diplomática en La Paz.
Las relaciones boliviano-mexicanas están deterioradas, desde que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió darle asilo a Morales y a otros funcionarios de su gobierno. El expresidente de 60 años se trasladó luego a Argentina, el 12 de diciembre, donde pidió refugio.