Tras su salida del poder, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, partió a México en calidad de asilado político luego que las Fuerzas Armadas lo forzaran a dejar el cargo.

Con el beneplácito del presidente Andrés Manuel López Obrador, el ex jefe de Estado llegó a tierras aztecas, donde fue recibido y hospedado en el Campo Militar No. 1.

No obstante, y tras quince días en aquel recinto, Morales debió dejar tal alojamiento y cambiarse a otro lugar.

Pese a que el Estado mexicano pagará su seguridad, él debe solventar sus gastos personales de ahora en adelante, consignó El Universal.

En esa línea, y en medio de una conferencia de prensa que concedió este miércoles, Morales hizo un “guiño” para recibir ayudas ahora que debe enfrentar mayores gastos en Norteamérica.

“Desde anoche nos trasladamos a otro lugar, con cooperación, claro. Ahora que salimos del Campo Militar, tenemos que comenzar a financiar nuestra estadía. Ha sido difícil encontrar. Siempre está la cooperación de hermanos de México y también de embajadores de otros países”, señaló.

En México, Morales cuenta con la compañía de su exministra de Salud, Gabriela Montaño; y de su ex vicepresidente, Álvaro García Linera.