La oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó este martes al gobierno de Nicaragua a “terminar con persistente represión de la disidencia”, ante la violencia y el asedio contra los templos católicos en el país.
“Estamos muy preocupados por la situación de 13 personas que como forma de protesta entraron en una iglesia en Nicaragua, que luego fue rodeada por la policía”, dijo Rupert Colville, vocero de la Alta Comisionada.
“El gobierno debe terminar con la persistente represión de la disidencia y las detenciones arbitrarias, y abstenerse de criminalizar y atacar a los defensores de los derechos humanos, opositores políticos y cualquier otro voz disidente”, agregó.
Fuerzas policiales mantuvieron todo el lunes rodeados los alrededores de la iglesia San Miguel de Masaya (sur) y la catedral de Managua, donde grupos de opositores ayunan en el marco de la campaña “Navidad sin presos políticos”.
El portavoz de la oficina de Bachelet se refirió también a la detención de más de una decena de defensores de los derechos humanos, entre ellos la líder estudiantil de origen belga Amaya Coppens, que intentaron auxiliar con agua a las mujeres en ayuno en Masaya.
“Instamos a la liberación de todos aquellos detenidos de manera arbitraria”, indicó Colville, exigiendo que el gobierno garantice que “sus derechos legales fundamentales serán respetados”.