El presidente de Colombia, Iván Duque, designó este lunes al canciller Carlos Holmes Trujillo como nuevo ministro de Defensa, tras el escándalo que precipitó la salida de su antecesor por un bombardeo militar que mató a ocho menores reclutados por rebeldes disidentes.
“El ministro Carlos Holmes deberá seguir adelante en la lucha contra el narcotráfico en nuestro país”, dijo el mandatario en la sede presidencial.
Duque se vio forzado a ajustar su gabinete casi un año y medio después de haber llegado al poder con las banderas de la derecha.
Con la popularidad en rojo, el gobernante lidia con cuestionamientos a su política de seguridad frente a los focos de violencia alimentados por el tráfico de drogas, que se han recrudecido desde el desarme de la guerrilla FARC, convertida en partido político luego de firmar la paz en 2016.
De 68 años, el ahora excanciller asume en reemplazo del empresario Guillermo Botero, quien dimitió el pasado miércoles antes de enfrentar una moción de censura en el Congreso que lo habría obligado a dejar el gobierno.
Durante el debate de la moción, el senador opositor Roy Barreras denunció que Botero “ocultó” la muerte de los ocho menores en un ataque lanzado a finales de agosto contra guerrilleros que se marginaron del acuerdo de paz.
Las víctimas, de entre 12 y 17 años, habían sido enroladas a la fuerza por el grupo que fue atacado en la selva del sur del país, según autoridades.
El nuevo ministro se comprometió a una gestión transparente y pulcra al frente de las Fuerzas Armadas. “Que quede claro que en Colombia no se toleran la violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario”, sostuvo.
Holmes estuvo a cargo de la diplomacia colombiana desde el inicio de este gobierno, que internacionalmente se empecinó en aislar a Venezuela y propiciar la salida de Nicolás Maduro del poder, en sintonía con la Casa Blanca.
Como nuevo responsable de la seguridad, dijo que profundizará la “lucha contra el narcotráfico” dentro de la campaña emprendida por Duque para reducir los cultivos de la materia prima de la cocaína, que alcanzaron las 169.000 hectáreas en 2018.
En el frente de defensa, el gobierno de Duque también es criticado por la escalada de violencia en el departamento cocalero del Cauca (suroeste), donde desde finales de octubre fueron asesinadas al menos 18 personas, la mayoría indígenas.
Pese a que el histórico pacto con la otrora guerrilla comunista alivió el conflicto armado, Colombia enfrenta la muerte selectiva de líderes sociales, defensores de derechos humanos y excombatientes de las FARC.
Entre el 1 de enero de 2016 y el 17 de mayo de 2019 han sido asesinados 486 líderes sociales y activistas en Colombia, según la Defensoría del Pueblo. Desde entonces han matado a 170 exguerrilleros, según el ahora partido FARC.