El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, sostuvo este sábado que su antecesor Rafael Correa y el mandatario venezolano Nicolás Maduro están detrás de una “violencia nunca antes vista” en Quito que lo llevó a imponer el toque de queda.
“Fuerzas oscuras, vinculadas a la delincuencia política organizada y dirigida por Correa y Maduro -en complicidad con el narcoterrorismo, con pandillas, con ciudadanos extranjeros violentos- causaron zozobra, violencia nunca antes vista”, señaló Moreno en un mensaje a la nación.
Violencia en Quito
La violencia sumió en el caos a Quito este sábado. Manifestantes prendieron fuego a un edificio público y asaltaron medios de prensa, lo que llevó al gobierno a imponer el toque de queda en la capital en el marco de una protesta indígena contra ajustes económicos.
La nueva jornada de rechazo contra las medidas pactadas con el FMI degeneró rápidamente.
En los alrededores de la Asamblea Nacional, indígenas levantaron barricadas con troncos y escudos de madera y se enfrentaron a piedra y pirotecnia con la policía, que respondió con una lluvia de gas lacrimógeno.
Grupos de encapuchados asaltaron la sede de la Contraloría, que quedó envuelta en llamas.
Toque de queda en la capital
El presidente Lenín Moreno impuso el toque de queda y ordenó militarizar esta ciudad de 2,7 millones de habitantes. La drástica medida, que prohíbe la circulación en Quito y sus alrededores, comenzó a regir a partir de las 15:00 locales (17:00 en Chile). Ninguna autoridad informó sobre su vigencia.
“He dispuesto al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, inmediatamente, tomar las medidas y operaciones que sean necesarias”, señaló el mandatario en un breve mensaje a la nación.
Antes de caer la noche las fuerzas de seguridad aún bregaban para imponer el orden en algunos puntos de la ciudad donde grupos de personas desafiaron el toque de queda.
El caos se expandió en el mismo día en el que el movimiento indígena aceptó sentarse a dialogar con el gobierno, en busca de una salida a la severa crisis que estalló hace 11 días.
Moreno sigue la situación desde el puerto de Guayaquil, adonde trasladó la sede de gobierno después de decretar el estado excepción nacional el 3 de octubre y movilizar a las Fuerzas Armadas, en un intento por contener el descontento social.
Desde entonces han muerto seis civiles y se registran unos 2.100 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
Las protestas también mantienen interrumpido el transporte de petróleo -la mayor fuente de divisas- por el principal ducto del país a causa de la ocupación de pozos en la Amazonía.