Este lunes, otros cuatro sargentos venezolanos desertaron y llegaron a la localidad fronteriza de Pacaraima, en Brasil, siguiendo a más de un centenar de sus colegas que buscó refugio en Colombia, y llamaron a otros a imitarlos para precipitar la caída del presidente Nicolás Maduro.
También llegó a Pacaraima un policía municipal junto a su esposa y tres niños, quienes recorrieron a pie durante cinco horas los senderos que los separan de Brasil, debido al cierre de la frontera desde el jueves por orden de Maduro.
El fin de semana, tres sargentos pasaron al lado brasileño, donde solicitaron refugio político.
Los cuatro militares llegados esta jornada contaron a los medios que huyeron entre las montañas y se escondieron entre la maleza durante varias horas la noche del domingo.
Algunos iban sin uniforme. Esta jornada fueron encontrados por militares brasileños.
Uno de ellos estaba en condiciones de desnutrición, informó una fuente militar.
“No queremos quedar marcados ante la historia como asesinos, por eso huimos”, dijo el sargento Moreno Peñaloza.
Los cuatro hombres hicieron un llamado a sus compañeros en Venezuela para “desertar de la tiranía de Nicolás Maduro” y manifestaron su deseo de ir a Cúcuta, Colombia, para reunirse con otros compañeros de armas que también abandonaron las filas de Maduro.
En dos días, al menos 167 policías y militares han dejado su país vía Colombia.
A pie con su esposa y tres niños
El policía municipal, César Marcano, de 22 años, y su familia recorrieron en automóvil 940 kilómetros desde Carupano, en el oriente, hasta Santa Elena de Uairén, a 20 kilómetros de Pacaraima. A partir de allí siguieron a pie.
La joven pareja demoró cinco horas en recorrer el trayecto, con dos bebés en brazos, en tanto que la hija mayor también caminaba bajo las altas temperaturas tropicales de la zona, sólo con las ropas que vestían y una bolsa.
“Ganaba 18.000 bolívares y gastaba 10.000 en un paquete de pañales”, contó Marcano.
Las deserciones se producen en el marco de una frustrada operación internacional de entrega de ayuda humanitaria organizada por la oposición política a Maduro el fin de semana a través de la frontera con Colombia y Brasil.
“En los comandos (cuarteles) militares, no hay comida. No tienen colchones, nosotros los sargentos de la Guardia Nacional estamos durmiendo en el suelo”, dijo el domingo el sargento Carlos Eduardo Zapata, uno de los tres primeros en llegar a territorio brasileño.
El líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, ofreció amnistía a los miembros de la Fuerza Armada que rompan con el gobierno de Nicolás Maduro, cada vez más aferrado a los militares para mantenerse en el poder.
Antes del fin de semana, un pequeño número de oficiales de alto rango habían reconocido a Guaidó, también jefe del Parlamento.
La línea limítrofe entre Brasil y Venezuela, tradicionalmente tranquila, vivió horas de tensión el fin de semana con el cierre decretado por Maduro para impedir el ingreso de los alimentos y medicinas donados por Estados Unidos y Brasil.
Dos camiones con ocho toneladas de suministros estuvieron parados todo el sábado en el lugar sin poder ingresar a territorio venezolano y, finalmente, regresaron a una unidad militar en Pacaraima.
Manifestantes venezolanos en territorio brasileño arremetieron el fin de semana con piedras y bombas molotov contra efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, generando enfrentamientos rápidamente controlados.
Los militares brasileños, para bajar la tensión en el lugar, establecieron un cordón de seguridad, que se mantuvo este lunes.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se reunió por la mañana en Brasilia con su ministro de Defensa, Fernando Azevedo, y miembros del alto mando militar.
Esa reunión se realizó en paralelo a la del Grupo de Lima en Bogotá, en la que participan Estados Unidos y Guaidó, para definir los pasos a seguir en la crisis venezolana.