La oposición venezolana liderada por el jefe del Parlamento y autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó, ha elegido este sábado 23 de febrero como el día clave para lograr el ingreso de la ayuda humanitaria, en un nuevo desafío al régimen de Nicolás Maduro.
El chavismo ha bloqueado la frontera con Colombia con el objetivo de evitar la ayuda enviada por los países que reconocen a Guaidó como presidente de Venezuela, aunque ha centrado sus críticas en la comida enviada por Estados Unidos.
Luego que el 23 de enero Guaidó se autoproclamara presidente encargado de Venezuela, la pugna entre oposición y chavismo se ha centrado en el ingreso de la ayuda humanitaria. Los países que reconocen al diputado como presidente -principalmente EEUU- han enviado millones de dólares en comida, medicinas y otros productos de primera necesidad, que se encuentran acopiados en Colombia, Brasil y Curazao.
La idea de la oposición ahora es que los alimentos ingresen el 23 de febrero por Cúcuta, ciudad colombiana en la frontera con Venezuela, superando la resistencia de los militares con la cooperación de la población civil y la presencia de personalidades. Un día antes se celebrará un concierto con artistas internacionales para recaudar 100 millones de dólares en 60 días, que se sumarán a más de 110 millones ya reunidos según Guaidó.
Al concierto asistirán los presidentes de Colombia, Iván Duque, y Chile, Sebastián Piñera.
En contrapartida, el gobierno de Maduro anunció este lunes un concierto de dos días, 22 y 23 de febrero, en el puente Simón Bolívar, que comunica con Cúcuta a la población venezolana de San Antonio.
“La orden está dada. De nuevo señores de la Fuerza Armada: permitan que entre la ayuda humanitaria, tienen la oportunidad de ponerse del lado de la Constitución”, declaró Guaidó el lunes durante una sesión de la Asamblea Nacional.
De momento la oposición no ha dado detalles de cómo procederán el sábado y si existe alguna estrategia para burlar el control de las fuerzas chavistas, más allá de la presión que pueda ejercer la población.
De acuerdo al New York Times, una de las opciones que manejan activistas y voluntarios es que la ayuda pase por vías terrestres, usadas para el contrabando de combustible y buscar la colaboración de la tribu indígena de los pemones.
La otra opción que se ha planteado es que las personas rodeen los camiones con ayuda humanitaria a medida que avanzan a la frontera con Venezuela, obligando a los militares a dejar entrar a los vehículos.
“Tenemos la esperanza de que la prensa esté ahí para ver cómo las personas fieles a Maduro evitan que la asistencia humanitaria llegue a las personas pobres de Venezuela”, afirmó John Bolton, asesor de seguridad de la Casa Blanca.
¿Ayuda humanitaria como estrategia?
Nicolás Maduro y su círculo más cercano han negado la existencia de una crisis humanitaria en el país, aunque reconocen que Venezuela no vive un buen momento económico, atribuyen la situación netamente a las sanciones impuestas por Estados Unidos y a un supuesto bloqueo.
“Venezuela no tiene una crisis humanitaria, tiene una política de atención social pero no le permiten paliar las heridas de la guerra económica (…) Tenemos una guerra económica brutal, es un sistema donde se ha impuesto un modelo de cambio paralelo, un modelo criminal, el que se fija en Miami, en Colombia”, expresó Maduro en una entrevista con la televisora española La Sexta.
Igualmente han aceptado barcos con ayuda desde Cuba, China y Rusia, países socios de Caracas, que han mantenido el reconocimiento de Maduro y han denunciado la política injerencista de EEUU sobre Venezuela.
La estrategia de la oposición busca doblegar la firmeza mostrada por el régimen de Maduro, pues consideran que permitiendo el ingreso de la ayuda humanitaria, también se reconocería la crisis que vive Venezuela y daría legitimidad a Guaidó, quien ha liderado la gestiones.
“Ya sea que se queden con este dictador, que es ilegítimo y sus días están contados, y niegan al pueblo alimentos y medicinas. ¿O es tiempo de decir: ‘Hasta aquí llegamos’?”, afirmó el senador estadounidense Marco Rubio, tras visitar Cúcuta el último domingo.
Una visión que difiere con la de algunos analistas, que consideran el acercamiento con EEUU y el quitar poder a los militares venezolanos, como una forma de reafirmar su cercanía con el chavismo.
“Si la oposición y el gobierno de Trump buscan maneras de quitar a Maduro el apoyo militar, amenazar su monopolio de distribución de alimentos es probable que no sea útil en este sentido”, dijo Cynthia J. Arnson, la directora en Latinoamérica del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson al New York Times.
Mientras, la oposición se presta para el sábado iniciar en el puente Tienditas -que une Colombia y Venezuela- el plan para ingresar la ayuda humanitaria, lugar donde el 7 de febrero llegaron los primeros camiones con comida. Para ese día deberían haber 260 toneladas de alimentos.
Los venezolanos padecen falta de medicamentos e insumos hospitalarios, además de una voraz hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% este año. Huyendo de la crisis unos 2,3 millones (7% de la población) emigraron desde 2015, según la ONU.