El jefe parlamentario opositor Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela, convocó a una “gran movilización” para la próxima semana para exigir la salida del mandatario Nicolás Maduro, en su primera comparecencia pública desde que se juramentó hace dos días.
“Los que creen que nos desinflamos, se van a quedar con los crespos hechos, porque aquí hay gente en la calle para rato, hasta que logremos que cese la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres”, dijo Guaidó, en una plaza de Chacao (al este), al señalar que la fecha será precisada el domingo.
Por su parte, Maduro se mostró dispuesto a reunirse con el opositor Juan Guaidó. “Estoy comprometido con el diálogo nacional. Hoy mañana y siempre estaré comprometido y listo para ir donde haya que ir. Yo, personalmente, si tengo que ir a encontrarme con este muchacho (…) voy”, dijo Maduro en rueda de prensa, refiriéndose a Guaidó.
Pero el presidente interino inmediatamente replicó que no se prestará para un “falso diálogo” con el Mandatario.
“La represión, cuando no les da resultado, se convierte en falso diálogo (…) Debe tener muy claro el mundo y este régimen: pa’ falso diálogo aquí nadie se presta”, dijo Guaidó.
“Calle para rato”
El líder opositor, de 35 años, convocó a una “gran movilización” la próxima semana, tras las multitudinarias marchas de opositores y oficialistas del miércoles, en el marco de las cuales 26 personas murieron y unas 350 resultaron detenidas.
“Los que creen que nos desinflamos, se van a quedar con los crespos hechos (con las ganas), porque aquí hay gente en la calle para rato, hasta que logremos que cese la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres”, dijo Guaidó, al señalar que la fecha será precisada el domingo.
Como parte de su hoja de ruta, Guaidó no descartó incluir a Maduro en la amnistía que ofrece a militares y civiles que ayuden con una transición, pero matizó que su caso habría que evaluarlo bien porque es “un dictador”.
El presidente parlamentario busca quebrar el principal sostén de Maduro, la Fuerza Armada, que el jueves le expresó “lealtad absoluta” al mandatario.
“Llegó el momento de ponerse del lado de la Constitución, de respetar y ponerse del lado del pueblo”, manifestó dirigiéndose a los militares.
Guaidó aseguró que trabaja además para que llegue ayuda humanitaria al país y proteger los activos venezolanos en el exterior. El jueves, el Departamento de Estado estadounidense anunció que prepara una ayuda de 20 millones de dólares para entregar a Venezuela “en cuanto sea posible”.
Llamado urgente a elecciones
Washington pidió una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Venezuela el sábado, pero pujó sin éxito para que la Organización de Estados Americanos (OEA) reconociera a Guaidó en una sesión el jueves.
Tras autoproclamarse, Guaidó recibió primero el respaldo de Estados Unidos, seguido de Canadá y una decena de países latinoamericanos. Maduro obtuvo el apoyo de sus aliados Rusia, China, Turquía, Nicaragua, Bolivia y Cuba, mientras que México y Uruguay le mantuvieron el reconocimiento.
La Unión Europea (UE) se prepara para urgir al presidente a convocar “inmediatamente” elecciones, con algunos miembros, como Alemania y España, proponiendo reconocer a Guaidó.
En respuesta al decidido apoyo de Washington a Guaidó, Maduro rompió relaciones, dio 72 horas a los diplomáticos estadounidenses para dejar el país y anunció el cierre de su embajada y sus consulados en ese país. Un grupo de diplomáticos no esenciales abandonaba Venezuela este viernes.
La gran incógnita es hasta dónde llevará Trump su ofensiva contra el gobierno de Maduro. Estados Unidos compra a Venezuela un tercio de su deprimida producción de 1,4 millones de barriles diarios -fuente del 96% de divisas-.
Según analistas, Trump podría considerar congelar activos de Venezuela e imponer sanciones petroleras. “Sin control financiero, la posición de Maduro se vería seriamente socavada”, señaló la consultora Capital Economics.
Estados Unidos, la UE y una docena de países latinoamericanos desconocieron el segundo mandato que inició Maduro el 10 de enero por considerar su reelección fraudulenta.
El agravamiento de la crisis política ocurre en medio de la peor debacle económica en la historia moderna de Venezuela, con su petrolera declarada en default y una hiperinflación que el FMI calcula llegará a 10.000.000% este año.
“Todo sugiere que la hiperinflación desencadena una agitación política y económica dramática”, agregó Capital Economics.